El cielo de Nueva York, tantas veces escenario de sueños y promesas, se convirtió este jueves en el escenario de una tragedia inconcebible. A las 15:15 de Nueva York (21.15 hora peninsular), un helicóptero turístico se precipitó sobre las aguas del río Hudson. A bordo viajaban seis personas. Ninguna sobrevivió. Se trata de cinco españoles y el piloto de la nave. Se trata del ex CEO de Siemens en España y su mujer, y sus tres hijos. La compañía, con incidentes anteriores, está siendo investigada.
Se trata de Agustín Escobar, un alto ejecutivo barcelonés de la multinacional Siemens Mobility, su esposa Merce Camprubí Montal, y sus tres hijos, todos menores de edad. Una familia que acababa de aterrizar en Nueva York desde Barcelona para unas vacaciones en familia que terminaron en luto, silencio y consternación. Las imágenes, difundidas por la empresa de helicópteros turísticos New York Helicopter Tours, muestran a la familia posando feliz y abrigada frente al Bell 206L-4 LongRanger IV, el modelo que minutos después se estrellaría en el río Hudson. Sonrisas sinceras, miradas llenas de ilusión. Nadie podía imaginar que esa foto sería la última.
Agustín Escobar tenía 55 años y una trayectoria profesional admirable. Era el ex CEO Global de Infraestructura Ferroviaria en Siemens Mobility desde octubre del año pasado, una posición que coronaba más de 25 años de experiencia en la industria tecnológica y de transporte. Había liderado negocios en Estados Unidos, Sudamérica, Alemania y España. Su perfil en LinkedIn reflejaba una carrera internacional brillante y versátil, marcada por la innovación, la visión estratégica y la capacidad de liderazgo. Al habla con personas que lo conocían, nos trasmiten que su mayor orgullo no se encontraba en los consejos de administración ni en los informes de resultados. "Agustín era, por encima de todo, un hombre de familia", recuerda con emoción Juan Ignacio Díaz, excompañero en Siemens y amigo cercano. "No importaba cuán complicado fuera el día, él siempre mantenía la calma. Tenía esa forma de hacer que todo pareciera estar bien, incluso cuando no lo estaba".
Merce Camprubí Montal, su esposa, también tenía una carrera destacada. Desde hacía siete años trabajaba en Barcelona como directora global de comercialización en Siemens Energy. Su perfil profesional la situaba como una referente en el ámbito de las tecnologías energéticas, pero quienes la conocían la describen como una mujer cálida, comprometida y cercana. Su dedicación al trabajo solo era superada por su entrega como madre. Ambos compartían mucho más que una vida: compartían valores, una visión del mundo, un amor profundo por sus hijos y una complicidad forjada a lo largo de los años. Eran, dicen quienes los conocían, un ejemplo de unión.
Los tres hijos de los fallecidos, cuya identidad no ha sido divulgada por respeto a su privacidad, eran todos menores de edad, probablemente en edad de primaria o secundaria. La vida les fue arrebatada en un segundo, aunque uno de los menores llegó con vida al hospital. Amigos cercanos describen a los niños como alegres, creativos y muy unidos entre sí. La familia era conocida en su círculo por su cercanía, su discreción y su amor por compartir tiempo juntos. "Él amaba profundamente a su esposa y a sus hijos", recuerda entre lágrimas Juan Ignacio Díaz. "Eran su vida. Era un padre amoroso, divertido, un tipo realmente genial. Me cuesta creer que se hayan ido todos. Los voy a extrañar muchísimo". Agustín Escobar es recordado como "un hombre generoso, íntegro y profundamente humano", dicen desde su entorno profesional. "Era ese tipo de persona en la que podías confiar ciegamente. Siempre estaba ahí cuando lo necesitabas", cuenta Díaz. La tragedia no deja lugar a palabras que puedan ofrecer consuelo real. "Te quiero, amigo", concluye Díaz. "Te echo de menos a ti y a tu familia. Este mundo es un lugar más frío sin ustedes".
El accidente ha provocado una ola de consternación tanto en España como en Estados Unidos. El propio presidente Trump ha hecho pública su consternación ante la tragedia y el alcalde de Nueva York recordaba que es la mayor tragedia de este tipo en años. La noticia ha ocupado titulares en medios de ambos lados del Atlántico, no solo por la magnitud del siniestro, sino por el perfil de las víctimas. Las autoridades estadounidenses han abierto una investigación para esclarecer las causas del accidente, ya que, según testigos, el helicóptero pareció desintegrarse en pleno vuelo antes de caer en picado sobre el Hudson. Cuatro víctimas murieron en el acto, las otras dos en el hospital. Hasta el momento, se desconoce la identidad del piloto, la sexta víctima mortal del siniestro. El Ministerio de Asuntos Exteriores español ha expresado sus condolencias y está colaborando con las autoridades locales y con la familia extensa de las víctimas. En Barcelona, la consternación se ha apoderado de quienes conocían a la familia Escobar-Camprubí, tanto en el ámbito profesional como personal.