Entre las polémicas que rodean a Íñigo Onieva últimamente están sus cenas misteriosas con mujeres que no son la suya o su nueva afición a las carreras, como la media maratón de Londres. Entre carreras y polémicas, nada como ir con la suegra a dejarse fotografiar una noche en la ópera. Ahí andamos, como en las películas de los hermanos Marx: de Un día en las carreras a Una noche en la Ópera. Tras casi cinco meses apartada del foco mediático, Isabel Preysler ha vuelto. Su reaparición se produjo el pasado domingo en el Teatro Real de Madrid, donde acudió junto a su hija, Tamara Falcó, y su yerno, Íñigo Onieva, para disfrutar del estreno de Mitridate, re di Ponto, una de las óperas más jóvenes de Mozart. Su presencia no pasó desapercibida y sirvió para despejar varias incógnitas que habían rodeado su ausencia en los últimos meses.
Desde el 29 de octubre, cuando asistió a una entrega de premios en Madrid, Isabel había permanecido alejada de los eventos públicos, lo que generó todo tipo de especulaciones. Acostumbrada a ser un rostro habitual en actos de lujo, moda y arte, su ausencia prolongada llamó la atención y dio pie a rumores sobre su estado de ánimo y su vida personal. Sin embargo, hace unas semanas, Isabel dejó claro, con su característico sentido del humor, que no había desaparecido en absoluto: "He estado entrando y saliendo, disfrutando de cenas con amigos, yendo a todos lados, solo que sin prensa", dijo en Hola. Su aparición en el Teatro Real, que cupa la portada de Diez Minutos este miércoles, confirma que simplemente había decidido tomarse un respiro mediático.

El 'unfollow' a Íñigo Onieva: una anécdota sin importancia
Otro de los temas que su presencia ha resuelto es la supuesta tensión entre ella e Íñigo Onieva. Hace unos días, se generó una pequeña polémica cuando Isabel dejó de seguir a su yerno en redes sociales. El gesto, que resultó ser un simple error, desató rumores sobre una posible mala relación entre ambos. Sin embargo, su asistencia conjunta al evento ha despejado cualquier duda: Isabel, Tamara e Íñigo mostraron una gran complicidad, desmintiendo cualquier tipo de distanciamiento.
Además, la salida ha servido para acallar las recurrentes especulaciones sobre una crisis en el matrimonio de Tamara e Íñigo. Lejos de mostrar signos de distanciamiento, la pareja derrochó gestos de cariño y complicidad durante toda la velada. Este episodio refuerza la imagen de estabilidad en su relación, algo que ya dejaron claro en su reciente escapada a México, donde Íñigo participó en un medio Ironman, animado en todo momento por su esposa. Con su reaparición, Isabel Preysler ha demostrado que sigue siendo la reina indiscutible de la elegancia y que, pese a los rumores, su vida sigue su curso con la misma serenidad de siempre.