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El marido de la hija menor de Erdogan, dueño de la empresa de los drones Bayraktar, suena como delfín y sucesor del presidente turco

  • Su creciente relevancia en los sectores de tecnología, defensa y educación refuerza la especulación sobre su futuro papel en la política del país
Selçuk Bayraktar y Sümeyye Erdogan, hija del presidente turco.

Selçuk Bayraktar, ingeniero, empresario y líder en la industria de defensa turca, se perfila como una de las figuras emergentes más influyentes del país. Su éxito como director de tecnología de Baykar, la empresa que ha revolucionado el sector de los drones militares, y su vínculo familiar con el presidente Recep Tayyip Erdogan -al estar casado con su hija menor, Sümeyye Erdogan- lo han convertido en un posible delfín político del líder turco. Mientras la oposición apunta a él como el sucesor natural del actual presidente, su creciente relevancia en los sectores de tecnología, defensa y educación refuerza la especulación sobre su futuro papel en la política del país.

Un ingeniero con ambiciones más allá de la tecnología

Selçuk Bayraktar nació en Estambul en 1979 y recibió una educación de élite. Se graduó en ingeniería eléctrica y electrónica en la Universidad Técnica de Estambul, y posteriormente amplió su formación en dos de las universidades más prestigiosas del mundo: el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT) y la Universidad de Pensilvania, donde se especializó en sistemas de control y robótica.

Su salto a la fama llegó con la transformación de Baykar, la empresa fundada por su familia, en un gigante de la industria de drones militares. Bajo su liderazgo, la compañía desarrolló el Bayraktar TB2, un dron de combate que ha sido clave en conflictos internacionales como la guerra en Ucrania, donde su desempeño fue ampliamente reconocido. En 2024, Baykar dominaba el 65% del mercado global de drones de combate, con ventas en 34 países y una facturación anual de 1.800 millones de dólares, lo que convirtió a la empresa en una de las principales exportadoras de tecnología de defensa de Turquía.

Pero más allá del éxito empresarial, Bayraktar ha construido una imagen pública cuidadosamente diseñada. Ha promovido el avance tecnológico del país a través de la Fundación Equipo de Tecnología de Turquía (T3), impulsando la educación en robótica e inteligencia artificial. Esta faceta lo ha proyectado como un innovador y patriota, dos cualidades esenciales en la narrativa política del partido gobernante, el AKP de Erdogan.

Selçuk Bayraktar y Erdogan.
Selçuk Bayraktar y Erdo?an.

El vínculo con Erdogan y el factor sucesión

El matrimonio de Bayraktar con Sümeyye Erdogan, en 2016, no solo lo convirtió en yerno del presidente turco, sino que reforzó su acceso a los círculos de poder. Sümeyye, también empresaria y política, ha ocupado cargos de relevancia dentro del AKP y ha sido una figura influyente en el entorno presidencial.

Con Erdogan en el poder desde 2003 —primero como primer ministro y luego como presidente—, Turquía ha visto un fortalecimiento del modelo de liderazgo personalista, y la pregunta sobre su sucesión se ha convertido en un tema clave en los últimos años. Aunque el actual mandatario ha descartado cualquier retiro inmediato, los analistas políticos consideran que el AKP necesita una figura de continuidad que mantenga su legado y asegure la estabilidad del régimen.

En este escenario, Bayraktar ha emergido como una opción viable. Su perfil combina éxito empresarial, innovación tecnológica, vínculos familiares con el poder y una fuerte identificación con los valores nacionalistas y religiosos del AKP. A diferencia de otros posibles sucesores, como ministros o altos funcionarios del partido, Bayraktar no está directamente vinculado con la política tradicional, lo que lo hace menos vulnerable a las críticas y escándalos de corrupción que han afectado a algunos dirigentes del AKP.

¿Un futuro en la política?

Por ahora, Bayraktar ha evitado hacer declaraciones explícitas sobre una posible incursión en la política. Su discurso se ha centrado en el desarrollo tecnológico y en la independencia de Turquía en materia de defensa, un tema clave en la narrativa del gobierno de Erdogan.

Sin embargo, la oposición turca ha comenzado a señalarlo como el candidato ideal para continuar el modelo de liderazgo de Erdogan. Su éxito en el sector privado, combinado con su proximidad al presidente, lo convierte en una opción atractiva tanto para el electorado conservador como para el sector empresarial que ha prosperado bajo el gobierno del AKP.

Además, su capacidad para proyectar una imagen de modernidad y progreso, sin abandonar los valores tradicionales del partido, podría servir como un puente entre las generaciones más jóvenes y el electorado más leal al gobierno actual.

Expansión internacional y consolidación de su poder

Mientras las especulaciones políticas crecen, Bayraktar continúa expandiendo su influencia en el ámbito empresarial. En 2025, Baykar anunció una inversión de 300 millones de dólares para el desarrollo de motores a reacción propios, con el objetivo de reducir la dependencia de proveedores extranjeros. También firmó acuerdos estratégicos con la compañía italiana Leonardo para el desarrollo de sistemas aéreos no tripulados, fortaleciendo los lazos industriales entre Turquía y Europa.

Además, la empresa ha iniciado la construcción de una fábrica en Ucrania, que se espera esté operativa para agosto de 2025. Esta expansión internacional no solo refuerza la posición de Bayraktar como un líder en el sector de defensa, sino que también lo proyecta como una figura clave en la política exterior turca, un ámbito que históricamente ha sido dominado por el presidente Erdogan.

El dilema de la sucesión

A medida que se acerca el final del actual mandato de Erdogan, la incertidumbre sobre su sucesor crece. Si bien figuras como el ministro del Interior, Süleyman Soylu, o el ministro de Defensa, Yagar Güler, son mencionados en la discusión, Bayraktar aparece como un candidato atípico, con el potencial de heredar tanto el respaldo del AKP como el apoyo de sectores estratégicos del país.

Su desafío será demostrar que, más allá del éxito empresarial y su conexión familiar con el presidente, tiene la capacidad de liderar un país complejo y altamente polarizado como Turquía. Si decide dar el salto a la política, Bayraktar podría convertirse en la próxima gran figura del escenario turco, consolidando una nueva era del erdoganismo con un rostro más tecnológico y moderno.

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