Jésica Rodríguez, la mujer con la que José Luis Ábalos mantuvo una "relación particular", ha dado un giro de 180 grados a su carrera profesional, ya que, ha pasado de beneficiarse en el sector público a liderar una red de captación de mujeres para la prostitución de lujo.
En la noticia, adelantada este jueves por The Objetive, aseguran que Jésica se lleva un 35% de comisión. Asimismo, según el citado espacio, la que mantuvo una relación con el entonces número tres del PSOE está dentro de un grupo de WhatsApp titulado Spain Madrid, en el que ofertan servicios de acompañamiento.
Para su función en el grupo, que tiene un acceso restringido y fue creado hace dos semanas, Jésica utiliza Natalia Jessica como seudónimo, un mix entre su nombre real y el que usaba para las páginas webs en las que se publicitaba.
En una de sus publicaciones, Jésica anunció un servicio para el que buscaba una mujer residente en Madrid de entre 18 y 30 años. "Madrid, hoy por la tarde, cliente joven. Chica maja, simpática y divertida. Preferiblemente española, entre 18 y 30 años. Perfil natural y alta para cliente de confianza. Una hora, 250 clean. DM y fotos sin filtros", reza el anuncio que publicaron desde The Objetive.
En este contexto y, según el citado diario, Jésica comparte este negocio con un hombre, que figura como titular de la línea telefónica y reside en el rascacielos Torre Madrid, el mismo que fue adquirido por la trama Koldo.
Coincidiendo con esta investigación, Jésica Rodríguez arrojó luz este jueves sobre su vinculación con la trama del caso Koldo en su declaración ante el Tribunal Supremo. Según su testimonio, en 2019 entregó su currículum al entonces titular de Transportes y, poco después, consiguió un empleo en una empresa pública sin necesidad de realizar un proceso de selección. Durante dos años, según sus testimonio, cobró un sueldo sin desempeñar funciones reales bajo la supervisión del hermano de Koldo García, mano derecha de Ábalos. Además, vivió en un piso de lujo en Plaza de España sin saber quién cubría el alquiler, aunque los informes de la Guardia Civil apuntan a que el pago estaría relacionado con presuntas comisiones ilegales. Al finalizar su primer contrato, consiguió otro puesto en una empresa pública sin realizar entrevistas, lo que refuerza las sospechas sobre un posible tráfico de influencias.
La vida amorosa de Ábalos tiene muchos capítulos
La vida amorosa de Ábalos tiene muchos capítulos anteriores a Jessica. Carolina Perles Miñana, de 46 años, en su día policía local de Valencia, fue la tercera esposa de José Luis Ábalos y también vocal y tesorera de la Fundación Fiadelso, una entidad auspiciada por el ex dirigente socialista que ha recibió millonarias subvenciones públicas. Se incorporó como vocal y tesorera de la Fundación Internacional de Apoyo al Desarrollo Local y Social (Fiadelso) en 2010, cuando quien entonces era su marido había comenzado a dejar sus cargos locales para centrarse en la carrera de Pedro Sánchez a nivel nacional.
Cuando se publicó que el ministro había colocado a su mujer en esta fundación, que recibió de organismos públicos casi 5 millones de euros en subvenciones durante los trece últimos años, Carolina saltó a los titulares. Algunos de los fondos que le llegaron a Fiadelso procedían de la Consejería de Transporte, Responsabilidad Social, Participación y Cooperación de la Generalidad Valenciana pero también aparecieron en las cuentas ayudas y patrocinios la Generalidad de Valencia o la Junta de Castilla-La Mancha; además de importantes bancos y de la Universidad Complutense de Madrid. Ábalos tiene dos hijos fruto de esta tercera relación, y otros tres hijos de sus dos matrimonios anteriores, el mayor de casi años, y ya es abuelo.
José Luis Ábalos, que es maestro de formación e hijo del torero conquense Heliodoro Ábalos "Carbonerito", había estado casado antes. Carolina fue su tercera esposa, con la que tuvo dos hijos, aunque Ábalos tiene otros dos descendientes de su primer matrimonio y otro más con su segunda esposa. Hace años, justo en un 12 de octubre, Ábalos y su tercera mujer viajaron junto a sus dos hijos a Perú, lo que supuso un escándalo cuando El Cierre Digital desveló que era un viaje de placer pagado con el dinero de todos y que había mezclado lo oficial con lo privado al ausentarse y no asistir al desfile de las Fuerzas Armadas siendo ministro.