Está confirmado. Susanna Griso e Íñigo Afán han tomado caminos separados. La propia presentadora ha hablado de ello este martes en Espejo Público tras saltar a los titulares que su amor había llegado a su fin. "Confirmo la noticia", ha avanzado desde el plató.
"Es verdad. Nos separamos con una relación buenísima y el deseo de ser los mejores amigos posibles. Llevamos unos meses separados", ha explicado la periodista sobre la información que previamente había dado Hola. Acostumbrada a llevar con suma discreción su vida personal, ha reconocido que no atraviesa un gran momento en lo que se refiere al terreno de los sentimientos, aunque la relación con su ex sea excelente. En este sentido, ha insistido en que la ruptura se dio de mutuo acuerdo.
"Nunca pensé que mi noviazgo sería material de titulares. No me acostumbro. Lo llevo fatal. No sabéis lo incómoda que me siento en este momento", ha admitido a sus compañeros de la sección de corazón, Gema López, Laura Fa, Lorena Vázquez, Alonso Caparrós y Miquel Valls. "No sabéis lo incómoda que me siento en este momento", ha añadido. "De verdad. Qué incómodo es ver mi vida publicada en el BOE del corazón. Qué necesidad tengo de esto".
Sin embargo, la comunicadora, algo inquieta -aunque sin borrar su enorme sonrisa de su rostro- ha subrayado que, pese a lo doloroso de la decisión, está "bien". "Sigue siendo un momento muy dulce" para ella, que quiere "muchísimo" a Afán.
La historia entre Susanna e Íñigo comenzó en un momento de transición para la periodista. Tras cerrar un matrimonio de más de dos décadas con Carles Torras, padre de sus hijos, Griso buscaba algo diferente. Tras algunas salidas y entradas, se centró en un nuevo amor. Y así llegó Íñigo Afán de Ribera, un hombre aventurero, desconectado de las luces de la fama, que parecía ser el contrapunto perfecto para su ritmo vertiginoso de platós y noticias de última hora. En una entrevista concedida al pódcast Drama Queen, la presentadora habló de su relación con entusiasmo: "Para mí, él era mi Indiana Jones", confesó.
Íñigo, o "Iggy", como le llaman sus más cercanos, pertenece a una familia de tradición empresarial. Con raíces andaluzas y un apellido que resuena entre bodegas y aceites, ha sabido forjarse su propio camino en el mundo del emprendimiento. A sus 54 años, Íñigo es padre de cinco hijos, fruto de dos relaciones anteriores. En su vida personal prima la discreción. Ajeno al ruido mediático, ha preferido mantener sus redes sociales en un ámbito estrictamente privado y evitar grandes eventos que pudieran atraer la atención de las cámaras. Su relación con Susanna fue, en ese sentido, un oasis de normalidad. Ambos se complementaban en su manera de afrontar la vida. Mientras ella se mueve con soltura en el torbellino mediático, él aportaba un equilibrio calmado y una visión del mundo alejada de la vorágine de las pantallas.