Arranca uno de los juicios más mediáticos que se han vivido en los últimos años en nuestro país. La sede de la Audiencia Nacional de San Fernando de Henares acoge desde este 3 de febrero, y durante 11 días, el juicio que enfrenta al ex presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, y a la jugadora de la Selección Jenni Hermoso. El exdirectivo se enfrenta a una petición por parte de Fiscalía de 2 años y 6 meses de cárcel por el beso no consentido a la futbolista y las presuntas coacciones posteriores. La denunciante ha sido la primera en declarar, mientras Rubiales lo hará el miércoles.
Hermoso ha sido la primera en sentarse ante el juez, a la espera de que lo hagan las dos primeras testigos de los 27 que se sentarán a declarar: Ana Álvarez, directora de fútbol femenino de la RFEF en el momento de los hechos, y Patricia Pérez, jefa de prensa de la sección femenina. La futbolista ha iniciado su declaración sobre las 10.30 horas, unos minutos después de declarar a El programa de Ana Rosa que iba a ser "cien por cien coherente" con lo que siente "en cada momento". En la Audiencia Nacional ha lamentado que, tras recibir el beso de Luis Rubiales durante la celebración de la conquista del mundial de fútbol femenino, se sintió contrariada entre la alegría por el logro de La Roja y la experiencia de haber sido besada, sin consentimiento, por el exdirectivo.
"Tocaba el pasillo de saludar a las autoridades. Saludé a la reina, saludé a la hija. Lo siguiente fue encontrarme con Luis Rubiales. Nos abrazamos. Le dije la que hemos liado y luego me dijo hemos ganado este Mundial gracias a ti y lo siguiente fueron sus manos en mis orejas y el siguiente beso". Con esta palabras ha explicado Hermoso lo que vivió el 20 de agosto de 2023. Unos hechos que ahora piensa que debería haber denunciado "desde el primer día".
La futbolista ha subrayado que en ningún momento escuchó la supuesta pregunta que Rubiales le lanzó instantes antes de recibir el beso -"Y yo le dije: '¿un piquito?'", sostiene que le dijo él durante su encuentro-. "Ni escuché ni entendí nada. Lo siguiente a que me pusiera las manos en las orejas fue el darme un beso en la boca", ha dicho Hermoso. "Ni lo sentí ni le vi gestualizar con su boca ningún tipo de pregunta", ha añadido, afirmando que no habría accedido a que el exdirectivo la besara en caso de que este le hubiera preguntado. La deportista ha lamentado que Rubiales la agarró de la cabeza "con fuerza": "La efusividad de yo no poder reaccionar en ningún momento. (...) Fue un momento que manchó uno de los días más felices de mi vida. En ningún momento busqué ese acto ni mucho menos me lo esperé. A mi persona se le faltó el respeto (...) Sentí que estaba fuera de contexto. Ya sabía que me estaba besando mi jefe y esto no debe de ocurrir en ningún ámbito social ni laboral".
Hermoso le contó lo sucedido a Alexia Putellas e Irene Paredes. "Estaba en el vestuario, me llama Ana Álvarez y me dice que el presi quería hablar conmigo. Salí. Él me dijo que ya se estaba hablando mucho por redes, que ya se estaba liando, que esto podíamos pararlo ya. Le dije te va a caer, sabes lo que ha pasado y que te va a caer. Me dijo que lo había hecho con efusividad y que había sido el momento. Acto un poco seguido me dijo que necesitaba entrar al vestuario y comentarle algo al equipo", ha contado.
"En ese momento en que yo estoy celebrando estoy con efusividad con mis compañeras, alegre, muy alegre, estoy sonriendo. Es el mayor logro que he conseguido en mi vida y para mí era importante poder celebrar ese momento. No había cabida para estar llorando. No procedía. Por mí y sobre todo también por mis compañeras, ellas no habían tenido nada que ver en ningún momento con lo que había ocurrido", ha apuntado la deportista, que ha negado haber participado de ninguna manera en el comunicado que se lanzó por parte de la Federación. "Lo leí por encima (...) Ahí ya dije que yo no iba a hablar y que no quería hacer nada más. En un momento de hartazgo dije haced lo que queráis y me volví a por mis maletas".
Rubiales declara el 12 de febrero
El turno de Rubiales no llegará hasta el miércoles 12 de febrero. No estará solo en el banquillo, ya que junto a él se sentarán otros exdirigentes de la RFEF: el director deportivo de la selección masculina, Albert Luque, el exentrenador de la selección femenina, Jorge Vilda y el exresponsable de marketing de la Federación Rubén Rivera, todos ellos imputados por las presuntas presiones posteriores a las que se sometió a la jugadora.
El ex presidente de la RFEF ha asegurado este lunes, en el espacio presentado por Ana Rosa Quintana, que se encuentra "tranquilo". "Estoy bien, bien. Tranquilo. Cuando tenga que hablar, hablaré, no te preocupes. Cuando tenga algo que decir, lo diré", ha respondido por vía telefónica.
'Se Acabó'
Los hechos se remontan al 20 de agosto de 2023, cuando la Selección Femenina hizo historia al proclamarse campeona del mundo por primera vez ante Inglaterra. Las jugadoras desfilaron ante las cámaras de televisión para recibir las medallas de mano de las autoridades presentes y, cuando llegó el turno de Hermoso, el entonces presidente de la RFEF le dio un abrazo y, acto seguido, le sujetó la cabeza con ambas manos. De "manera sorpresiva e inesperada", como define la Fiscalía, le propinó un beso en los labios a la jugadora. Ella denuncia ser víctima de una presunta agresión sexual. Él, insiste en que actuó de manera "espontánea", "sin ningún tipo de deseo sexual". Este escándalo provocó una oleada de reacciones por parte del feminismo, que denunciaron la situación al grito de 'Se Acabó'. Desde el sector del deporte y la política, entre ellos el presidente Pedro Sánchez y el entonces ministro de Cultura y Deportes Miquel Iceta, mostraron su apoyo de manera pública a Hermoso y tacharon de "inaceptable" la acción de Rubiales.
La RFEF convocó el 25 de agosto una Asamblea extraordinaria que, en un giro de los acontecimientos, acabó convirtiéndose en una declaración de guerra de Rubiales, que afirmó: "No voy a dimitir". En su discurso, aseguró ser víctima de un "intento de asesinato social" por parte del "falso feminismo" que le perseguía. Pero tres semanas después, se vio forzado a renunciar de su cargo al frente de la RFEF y como vicepresidente de la UEFA. Para entonces, la Fiscalía ya había presentado una denuncia ante el Tribunal Supremo contra Rubiales por agresión sexual y coacciones, mientras que el Gobierno había solicitado al Tribunal Administrativo del Deporte promover su inhabilitación. Tres semanas después, renunció a su cargo al frente de la RFEF y como vicepresidente de la UEFA. Para entonces, la Fiscalía ya había presentado una denuncia ante el Tribunal Supremo contra Rubiales por agresión sexual y coacciones, mientras que el Gobierno había solicitado al Tribunal Administrativo del Deporte promover su inhabilitación.