Una semana después de conocerse su separación de Pep Guardiola, Cristina Serra reapareció este lunes en Barcelona, la ciudad donde se ha instalado para iniciar ahora su nueva vida. Sonriente y amable, aunque algo escueta, avanzó cómo se encuentra.
"Todo está bien, perfecto", señaló en catalán, negándose a dar más detalles. La empresaria entró en un establecimiento y, después, subió a un coche que la esperaba. Tampoco en ese momento se pronunció acerca de su divorcio, una decisión que se tomó de mutuo acuerdo el pasado mes de diciembre.
"Han pedido a su entorno más íntimo que cierre filas y no explique a la prensa ningún tipo de detalle al respecto", señalaban Laura Fa y Lorena Vázquez. Pese a todo, la relación de Guardiola y Serra continúa siendo buena y la prioridad de ambos sigue siendo sus hijos y su familia, con quienes disfrutaron de las vacaciones navideñas.
El entrenador del Manchester City y la madre de sus hijos se conocieron en 1994, cuando el ex futbolista del FC. Barcelona despuntaba en los terrenos de juego y ella acaparaba las miradas en TV3, donde trabajaba como actriz. Se casaron en 2014, en el Ayuntamiento de Matadepera, en una ceremonia civil en la que estuvieron presentes sus tres hijos: María, de 24 años; Marius, de 22; y Valentina, de 16. Fue una celebración íntima y sencilla a la que, aparte de sus vástagos, también acudieron los padres de los novios. En el momento de darse el 'sí, quiero' ya llevaban dos décadas de relación.
El matrimonio vivía separado desde 2019, cuando Cristina decidió tomar las riendas de su empresa de moda (Serra Claret) y se instaló en Barcelona mientras que su marido se quedaba en Manchester. La relación a distancia funcionó los primeros años, hasta que terminó desgastándose.
Mientras que él ha continuado con sus compromisos laborales tanto en España como en Alemania y el Reino Unido, ella ha seguido con su cargo como empresaria de una firma de moda desde la distancia.