Leo Messi, el genio del fútbol, ha construido un emporio que trasciende los estadios. A los 37 años, mientras deslumbra en la Major League Soccer (MLS) con el Inter de Miami, su fortuna ha tomado un giro hacia lo extraordinario. Sus movimientos no solo brillan en el césped, sino también en el intrincado terreno de los negocios. Los números son asombrosos: solo en 2023, sus ingresos por derechos de imagen alcanzaron los 86,2 millones de euros, un 60% más que el año anterior, según las cuentas de su sociedad Leo Messi Management.
El holding personal de Messi, Limecu, que agrupa sus múltiples actividades económicas, facturó 109,3 millones de euros en el mismo año, lo que supone un aumento del 49,5%. Las ganancias netas ascendieron a 15,1 millones, un crecimiento del 34,9%. Este emporio abarca desde patrocinios multimillonarios hasta inversiones inmobiliarias, pasando por una diversificada cartera de negocios globales. El traslado de Messi a la MLS en la temporada 2023/2024 marcó un punto de inflexión en su trayectoria económica. Su fichaje con el Inter de Miami no solo incluyó un salario —cifrado por Forbes en unos 65 millones de dólares anuales—, sino también acuerdos únicos: un porcentaje de las ventas de camisetas del club y de las suscripciones a Apple TV para ver los partidos de la MLS. Este modelo de contrato innovador ha contribuido significativamente al aumento de su facturación. Además, 2023 fue el año en que Messi ganó su octavo Balón de Oro, un logro que no solo refuerza su legado deportivo, sino que también le convierte en un imán publicitario de dimensiones globales.

El poder de los patrocinios
Desde 2007, Messi mantiene un contrato vitalicio con Adidas, que podría generarle alrededor de 25 millones de euros anuales, además de un porcentaje adicional por las ventas de sus camisetas del Inter de Miami. Su imagen también está vinculada a gigantes como Pepsi, Lay's, YPF y la marca de botellas térmicas Stanley. En 2023, Messi amplió su alcance publicitario al asociarse con la cerveza Michelob Ultra, que incluso produjo un anuncio protagonizado por él para la Superbowl. Al mismo tiempo, su propia marca de ropa, The Messi Store, continúa creciendo, consolidándose como un negocio paralelo rentable. Uno de los movimientos más destacados del último año fue la salida a Bolsa de su inmobiliaria, Edificio Rostower, con una valoración de 223 millones de euros. Esta sociedad opera bajo el modelo de SOCIMI (Sociedad Cotizada de Inversión Inmobiliaria), lo que le permite beneficiarse de exenciones fiscales significativas al comprometerse a repartir al menos el 80% de los dividendos entre sus accionistas. El portafolio inmobiliario de Messi incluye hoteles, viviendas de lujo y locales comerciales. Estos activos consolidan una parte importante de su patrimonio, diversificando sus ingresos más allá del fútbol y los patrocinios.

Control familiar y estrategia empresarial
En el corazón de su imperio económico está su familia. Su hermano, Rodrigo Messi, figura como administrador tanto en Limecu como en Leo Messi Management. La estructura corporativa, cuidadosamente diseñada, permite una gestión eficiente de los ingresos y una planificación fiscal que maximiza beneficios. En 2023, la sociedad Leo Messi Management gastó 64,4 millones de euros en servicios externos, de los cuales 53,9 millones correspondieron a arrendamientos y cánones. Aunque no se detallan los conceptos exactos, es evidente que una parte significativa se destina a asegurar que la imagen de Messi siga siendo una de las más valiosas del mundo. El crecimiento económico de Messi parece no tener techo. Su mudanza a Estados Unidos ha abierto nuevas puertas, y la combinación de fútbol, publicidad e inversiones promete seguir disparando su fortuna. Según Forbes, Messi fue el tercer deportista mejor pagado del mundo en 2024, solo por detrás de Cristiano Ronaldo y el golfista español Jon Rahm, ambos respaldados por contratos multimillonarios con Arabia Saudí.

Con su mujer, Antonela Roccuzzo implicada en los proyectos de la moda y el lifestyle
Lo que hace única la estrategia de Messi es su capacidad para diversificar sin perder el foco. El futbolista ha construido un modelo de negocio que trasciende su carrera en los campos de juego, posicionándose como una de las figuras más influyentes y rentables del deporte global. Con su mujer, Antonela Roccuzzo, también implicada en algunos proyectos —particularmente en el ámbito de la moda y el lifestyle—, Messi ha sabido convertir su nombre en sinónimo de éxito tanto dentro como fuera del terreno de juego. Mientras otros deportistas ven mermados sus ingresos con el paso del tiempo, Messi parece desafiar esa tendencia. Su imperio no solo crece, sino que marca un camino para aquellos que buscan extender su influencia más allá del deporte. En la historia de los negocios, como en el fútbol, Messi sigue siendo una figura incomparable.