Emma García, una de las presentadoras más reconocibles de la televisión española, no solo genera buenas audiencias desde su puesto en Mediaset, sino que también sabe cómo ganarse al público con la honestidad de sus palabras. Este año, mientras se acerca a los 25 años de matrimonio con Aitor Senar, Emma ha compartido reflexiones sobre su vida personal que han dejado entrever cómo se construye un amor duradero en un mundo tan vertiginoso como el de la televisión.
"Ante todo, Aitor y yo somos amigos. Él nunca ha visto a la presentadora, siempre ha visto a la persona", explica Emma mientras posa sonriente en una entrevista exclusiva concedida a la revista Lecturas.
Ese equilibrio entre lo público y lo privado parece ser el secreto mejor guardado de una relación que ha resistido los embates del tiempo y las demandas de una carrera que suele devorar todo a su paso.

El arte de compartir la vida
Emma y Aitor se conocieron cuando eran apenas unos adolescentes. "Teníamos 16 años, y aunque hubo alguna pausa por el camino, siempre volvimos a encontrarnos", cuenta la presentadora. La suya no ha sido una historia de película, pero sí de aquellas que, con pequeños gestos diarios, se convierten en un ejemplo de constancia y lealtad.
"Yo estudiaba periodismo y tenía claro que quería ser reportera de guerra. Imagina, estaba loca por la aventura. Cuando me fui a Bosnia, él me apoyó sin titubear. No me pidió que me quedara ni una sola vez, y esa libertad que siempre me ha dado es lo que me hace saber que estar con él fue lo mejor que me pudo pasar".
El matrimonio no se ha librado de las dificultades habituales, pero Emma señala que la confianza es la clave para mantenerlo todo en pie. "Hay días en que te preguntas si lo estás haciendo bien, pero luego te das cuenta de que lo importante no son las grandes gestas, sino esos momentos en que uno vuelve a casa, te abrazas, y todo cobra sentido".
La familia como refugio
Si algo ha caracterizado a Emma, además de su capacidad para conectar con la audiencia, es el valor que otorga a su vida familiar. La hija de ambos, Uxue, ya no vive con ellos, pero sigue siendo el centro de su mundo. "Soy muy pesada con ella, aunque intento no ser de esas madres que controlan cada detalle. Es más independiente de lo que yo era a su edad, y eso me llena de orgullo", admite.
La joven, que ha mantenido un perfil bajo a pesar de la popularidad de su madre, tiene un carácter que Emma describe como "cañero". "Si le preguntas, te dirá que soy la típica madre que siempre tiene algo que decir. Pero lo cierto es que hemos construido una relación basada en el respeto mutuo, igual que Aitor y yo".
El equilibrio entre lo público y lo íntimo
Uno de los aspectos más fascinantes de Emma García es cómo ha logrado proteger su vida personal de las miradas indiscretas sin caer en la frialdad que a veces acompaña a las figuras públicas. "La televisión es un mundo complicado. Uno tiene que aprender a vivir con la presión y, al mismo tiempo, preservar lo que realmente importa", reflexiona.
Emma no rehúye las preguntas sobre Aitor, pero tampoco entra en detalles innecesarios. "Es mi apoyo, mi amigo, somos amantes. Si algo nos define, es la complicidad. En casa no hay poses ni personajes, solo somos nosotros mismos".
Un amor en construcción permanente
A pesar de que su relación parece sacada de un cuento, Emma asegura que no hay fórmulas mágicas. "Cada día construyes algo, aunque sea pequeño. A veces discutimos, claro, pero el amor está en saber cómo volver a ese punto en que todo tiene sentido".
Para ellos, los celos nunca han sido un problema. "Ni Aitor ni yo hemos sido celosos. Tal vez porque siempre hemos sido muy sinceros el uno con el otro. La clave está en no exigir al otro lo que no puedes dar tú mismo".
Un 2025 lleno de proyectos
Mientras Emma comienza el año con grandes expectativas profesionales, también celebra este momento de estabilidad familiar. "Uxue está con nosotros estos días, y eso lo hace todo especial. Es bonito volver a tenerla en casa, aunque sabemos que su camino está allá afuera, haciendo su vida. Nosotros siempre estaremos aquí, con los brazos abiertos".
Emma García, con su mezcla de profesionalismo y humanidad, sigue mostrando que, aunque las luces de los focos pueden ser deslumbrantes, lo verdaderamente valioso está en los pequeños momentos de intimidad compartida con quienes amas. Una filosofía que, a juzgar por sus palabras, parece ser el eje de su vida.