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La familia de Fofito, de 75 años, toma una determinación tras el paso por la UCI del famoso payaso

La risa ha sido el motor de vida de Fofito, pero esta vez su salud le ha recordado que incluso los corazones más generosos y los espíritus más alegres necesitan detenerse y descansar. Tras su reciente paso por la UCI debido a complicaciones derivadas de una dolencia pulmonar, el legendario payaso, de 75 años, se encuentra en proceso de recuperación en el hospital, rodeado por el apoyo incondicional de su familia, los Aragón.

Aunque debilitado por la enfermedad, Fofito mantiene intacta esa sonrisa que durante décadas ha contagiado alegría a varias generaciones. Sin embargo, su cuerpo le exige una pausa y su familia ha decidido intervenir de manera contundente. En un acto de amor y protección, los suyos han insistido en que abandone todos los compromisos profesionales que tenía previstos y dedique tiempo exclusivamente a cuidar de su salud.

La situación no ha sido fácil para el humorista. Acostumbrado a vivir con la agenda repleta, su pasión por el circo y el entretenimiento se había convertido en una fuente de estrés, agravando su delicado estado físico. Con cierta resignación, Fofito ha pospuesto, por primera vez en mucho tiempo, actuaciones solidarias que tenía previstas, como las de este pasado fin de semana en Leganés, donde esperaba recaudar fondos para los afectados por la DANA.

"Habrá tiempo para volver al escenario y ayudar a los demás", le ha recordado su familia, según ha publicado Saúl Ortiz. Ahora, lo prioritario es estabilizar su salud y permitir que su cuerpo se recupere sin las presiones que siempre se ha autoimpuesto. Los médicos han recomendado un periodo de reposo que podría extenderse más de un mes, durante el cual Fofito deberá alejarse del estrés laboral y centrarse en él mismo.

Los Aragón, siempre unidos y fieles a ese espíritu familiar que caracteriza su legado artístico, han estado a su lado en cada momento, recordándole que, aunque el trabajo ha sido siempre su mayor pasión, la vida es también una carpa que merece ser disfrutada desde el descanso y el cuidado personal.

Para sus seguidores, que desde hace días han llenado las redes sociales con mensajes de apoyo y buenos deseos, la imagen de Fofito no es solo la de un payaso que ha hecho reír a millones, sino la de un ser humano cuya bondad y entrega han dejado una huella indeleble. Ahora, más que nunca, su público y su familia le piden que guarde fuerzas para seguir escribiendo su historia, pero con una pausa merecida y necesaria.

Fofito, como tantas veces en el escenario, se enfrenta ahora a un nuevo acto: el de la paciencia y la recuperación. Con su eterna sonrisa como bandera, es probable que este episodio también tenga un final feliz, pero esta vez la función deberá esperar.

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