Javier Arenas, una de las figuras más representativas del Partido Popular andaluz, volvió a ser protagonista este fin de semana con motivo de la boda de su hija mayor, Marta Arenas Olivencia, en la iglesia de la Magdalena de Sevilla. Este evento social y político reunió a destacadas personalidades del PP, reflejando el peso histórico y la influencia que el político gaditano ha ejercido tanto en Andalucía como en Madrid.
Nacido en Olvera (Cádiz) y criado en Sevilla, Arenas comenzó su carrera política en los años 80 y pronto se trasladó a Madrid a petición de José María Aznar, quien lo incorporó al proyecto de modernización del PP. A pesar de haber sido candidato en múltiples elecciones autonómicas sin lograr desbancar al PSOE en la Junta de Andalucía, Arenas dejó su huella al consolidar el poder del PP en numerosos ayuntamientos andaluces y al ocupar cargos de relevancia como ministro de Trabajo y vicepresidente del Gobierno durante los mandatos de Aznar.
Su trayectoria no ha estado exenta de polémicas. Su nombre apareció vinculado al caso Bárcenas, lo que marcó un punto de inflexión en su influencia dentro del partido. A pesar de ello, Arenas sigue ocupando un lugar en la política nacional como senador por designación territorial desde 2019.
Su vida personal y el papel de su familia
Casado desde 1992 con Macarena Olivencia, hija del prestigioso jurista Manuel Olivencia, Arenas siempre ha mantenido una activa vida social en Sevilla. La pareja tiene tres hijos: Marta, recién casada; Javier, abogado especializado en derecho deportivo; y Carlos, el menor, nacido en 2004 y apadrinado por José María Aznar y Ana Botella.
La boda de Marta Arenas, que trabaja en la organización de eventos del hotel Unuk, reunió a destacados dirigentes del PP como Mariano Rajoy, Pedro Rollán, y Teófila Martínez, entre otros. Incluso Juanma Moreno, actual presidente de la Junta y sucesor político de Arenas en Andalucía, se unió a la celebración.
Arenas: un político de alianzas y enemistades
Dentro del PP, Arenas ha sido un estratega reconocido, aunque su trayectoria está marcada por relaciones complejas con figuras clave del partido, como María Dolores de Cospedal y Soraya Sáenz de Santamaría. Mientras apoyó a esta última en su enfrentamiento con Pablo Casado, su peso político ha disminuido con la llegada de nuevas generaciones al partido.
A pesar de los altibajos, Arenas sigue siendo recordado como un hábil negociador y un hombre cercano. Su capacidad para adaptarse a los cambios políticos y mantenerse relevante a lo largo de los años lo convierten en un referente del PP, especialmente en Andalucía, donde, aunque no logró gobernar la Junta, dejó un legado político significativo.
La boda de su hija Marta ha servido para recordar su influencia histórica y su arraigo en la vida política y social de la región.