Los amigos de Mayra Gómez Kemp hablan de su último año de vida: "Era muy complicado sacarla de casa, pensé que se iría antes"

La mítica presentadora de Un, dos, tres... falleció el pasado sábado a los 76 años y su cuerpo todavía descansa en el Instituto Anatómico Forense a la espera de los resultados de la autopsia. Desde el fallecimiento de su marido, Alberto, en enero de 2021, convivía con la soledad y la pena de forma voluntaria. Sus amigos aseguran que intentaron acompañarla pero ella no se dejaba: "Estos últimos meses fueron terribles porque ella no quería que fuéramos a verla a casa. Era muy complicado sacarla a pasear. En esos últimos meses sí que de verdad nos preocupamos. Para mí, después de la muerte de Alberto ha durado demasiado. Yo pensé que Mayra se iba antes", ha explicado Chema, uno de sus íntimos.

Un testimonio que confirmaba José Manuel Parada: "Ella estuvo sola porque nunca quería compañía", ha asegurado en Y ahora Sonsoles. "Cuando murió Alberto se encerró en sí misma. Ha estado sola porque ella lo decidió, porque tenía a gente a su alrededor", ha agregado también Elia Monteoliva, sustituta de Mayra en Trío Acuario.

Así la recordaba también Edmundo Bigote Arrocet, compañero suyo en TVE: "Mi mujer murió de cáncer y ellas hablaban y es que se cierran, no quieren compartirlo". Y ha añadido: "Mayra era mi memoria, mi chuleta cuando yo me olvidaba del guion en todas las grabaciones ella terminaba lo que tenía que decir. Le tengo que agradecer que si no hubiese sido por ella no habría triunfado en el Un, dos, tres. Ella era mi salvación".

Una muerte inesperada

Hace unos días, Mayra sufrió un accidente doméstico en su domicilio de Mijas, Málaga. Permaneció inconsciente más de 18 horas hasta que una vecina dio la voz de alarma y los bomberos acudieron a rescatarla. Ingresó en el hospital pero fue dada de alta tras verificar que no tenía lesiones graves. Sin embargo, el sábado falleció. Como decíamos, su cuerpo fue trasladado al Anatómico Forense y sus familiares piden cautela a la hora de dar información sobre lo ocurrido: "Todavía hay muchas incógnitas", ha asegurado este lunes María, nieta del difunto Alberto y que Mayra quería como una propia.

Su hermana Georgina, que vive en Miami, está destrozada: "Para qué hablar. Lo siento, lloro a cada rato. Ella era mi niña, yo soy la mayor, no mucho mayor, solo son dos años, pero bueno, qué puedo decir". Ha desvelado que no pasaba por un buen momento: "Ella estaba bajita de salud. Lo más triste es que ella iba a venir en noviembre a pasar conmigo las Navidades aquí y no llegó".