Un plan tranquilo, familiar y perfecto para alegrar el paladar. Esto es lo que buscaba el duque de Alba cuando pensó en la celebración de su cumpleaños. Carlos Fitz-James reunió a sus dos hijos, Fernando y Carlos, por su entrada a los 76 años, y lo hizo en un selecto restaurante de Madrid. Fue un encuentro muy discreto, sin florituras. Ni siquiera acudieron sus hermanos Alfonso, Jacobo, Fernando, Cayetano y Eugenia ni otros familiares.
El restaurante donde comieron, según informa El Debate, es todo un referente en la alta cocina asiática: Tse Yang Villamagna. Ubicado en la calle del Marqués de Villamagna, cerca del Paseo de la Castellana, forma parte del Grupo Tse Yang y se ha consolidado como la mejor propuesta para degustar la gastronomía china en Madrid.
Es conocido especialmente por su pato lacado estilo Pekín, que se sirve en tres tiempos. No obstante, también ofrecen pollo a la cazuela, langostinos Fénix de Jade, langosta Szetchuan, vieiras al jengibre fresco, y su especialidad de buey con salsa de ostras, entre otros platos de la más alta calidad.
El local cuenta con varios menús de degustación. Por un lado está el menú pekinés, que cuesta 68 euros por persona. Incluye delicias como rollitos de primavera y filetes de pato con salsa de jengibre. Por otro, está el menú cantonés, de 65 euros, una propuesta que contiene lomo de lubina al vapor y pollo al wok, entre otros platos. El último menú se llama Tse Yang, y tiene un precio de 88 euros por persona. Presenta langostinos crujientes y algas fritas. Se desconoce qué platos escogieron el duque y sus hijos.
Siguiendo la estela de sus discretas apariciones, el duque llegó al restaurante en un coche que le trasladó, junto a sus hijos, desde el Palacio de Liria. La comida duró aproximadamente una hora, y el duque fue el primero en abandonar el local. Sonriente, respondió a las felicitaciones de los periodistas. "Gracias, ya son muchos años", respondió.
