Lo ha intentado pero no ha podido ser. Morante de la Puebla ha tomado la decisión de volver a cortar la temporada por sus problemas de salud mental y tras una nueva recaída. "Yo peleo con toros, pero es mi mente la que me paraliza de miedo", dijo en The Times hace un mes.
Estas semanas tenía previsto torear en Guadalajara, Utiel, Almodóvar, Murcia, Salamanca y Logroño, pero finalmente ha anunciado que pone parón a la temporada. Intentará volver a los ruedos el 29 de septiembre en la Feria de San Miguel, en Sevilla, tal y como desliza su entorno a El Mundo.
Una nueva recaída en su enfermedad mental ha entorpecido de momento su regreso. Los efectos secundarios de su nuevo tratamiento y las secuelas físicas y psíquicas le han hecho mella. La última vez que se puso frente a un toro fue el pasado 23 de julio en Santander, cuando el torero de La Puebla del Río reapareció tras casi dos meses alejado de los ruedos.
Las reflexiones de Morante de la Puebla
"Estoy luchando contra una enfermedad, un trastorno disociativo que no me deja vivir. Así que tengo que luchar contra esto y contra el toro. Tengo que luchar contra todo", dijo en agosto, a corazón abierto, en The Times.
El sevillano sufre un trastorno de despersonalización y agorafobia que le provoca mialgias, dolores de cabeza y fuertes ataques de llanto incontrolado, además de confusión y desorientación: "Esta vez me golpeó más fuerte que antes", relató. "Intento que la presión no me domine porque sé que hay mucha gente que quiere que toree pero también que toree sintiéndome bien", añadió.
No es la primera vez que su condición le aleja de su pasión. En 2007 anunció que se tomaba un descanso y lo hizo hasta 2008, cuando reapareció en México de la mano del matador Rodolfo Rodríguez 'El Pana'. Casi diez años después, en 2017, los demonios atacaron de nuevo. Volvió en 2018 y hasta hoy: "A veces puedo disimular esa presión… Sigo con el tratamiento pero con mucha angustia. La verdad es que sufro mucho".
Pastillas y electroshock
Morante de la Puebla fue diagnosticado en 2004, cuando comenzó un tratamiento farmacológico e, incluso, se sometió a sesiones de electroshock: "Te duermen entero y te las dan. La verdad es que ha ido bien. La memoria me falla un poquito pero el doctor dice que es normal. Ellos están contentos, aunque los resultados no se van a ver hasta que pase un tiempo", explicó entonces.
El diestro cuenta con el apoyo incondicional de su mujer, Elisabeth Garrido. Se casaron en 2009 por lo civil en Alcalá de Guadaíra (Sevilla), en la Hacienda Los Ángeles. La novia estaba estaba embarazada de tres meses y seis después llegó al mundo su primera hija en común, María. En 2013, nació Lola. Morante es padre de otro hijo, José Antonio, fruto de su primer matrimonio con Cynthia Antúnez.
La familia reside en la Huerta de San Antonio, una finca que tienen acondicionada con instalaciones deportivas, como un campo de fútbol, además de un espectacular caserío y de una plaza de tienta. Tienen también una casa vacacional en Matalascañas, Huelva, que le compraron a Vicky Martín Berrocal en primera línea de playa.