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El adiós al legado de 'Curro Jiménez': cómo el asesinato cometido por Daniel Sancho ha dilapidado el patrimonio y la reputación de una saga

La pintura con la que unos vándalos han profanado con maldad el busto de Sancho Gracia situado desde 2014 en el municipio gallego de Mondariz-Balneario tras la condena a cadena perpetua de Daniel Sancho se ha convertido, sin embargo, en una cruel metáfora de la mancha que el nieto del intérprete de Curro Jiménez ha dejado en su apellido y su saga familiar. Porque con el terrible crimen que cometió el verano de 2023, asesinando, descuartizando y dispersando los restos del cirujano Edwin Arrieta, el nieto de Sancho ha acabado con el buen nombre de una familia que siempre había destacado por su discreción, su exquisita educación y, fundamentalmente, su gran profesionalidad.

Su abuelo, Sancho Gracia, trabajó desde bien joven para luchar por sus sueños. Huérfano de padre siendo aún un niño, pues su progenitor falleció a los 29 años a causa de una peritonitis, Félix Ángel tuvo que aceptar que su madre rehiciera su vida junto a Gabino Abril, un hombre que los quiso hacer emigrar a Uruguay para buscar un futuro mejor. Antes de embarcar hacia su nueva vida, sin embargo, el nuevo patriarca de la familia falleció, pero su madre decidió que tanto ella como su hijo debían seguir adelante con los planes y cruzaron el charco. No le quedó más remedio a Sancho Gracia que ponerse a trabajar y no tuvo reparos en emplearse en una empresa de compra y venta de coches o en otra de jabones hasta que pudo estudiar interpretación y debutar en teatro.

Fueron las tablas las que le descubrieron su gran pasión, pero también las que le pusieron delante al gran amor de su vida. Y es que Noela Aguirre era hija de un conocido político, Martín Aguirre Rodríguez Larreta, militante en el Partido Nacional de Uruguay, periodista de profesión. Ella lo entrevistó, surgió el flechazo e iniciaron una relación. A pesar de lo enamorados que estaban, en 1963 Félix regresó a España, donde fue acogido por la familia Rabal, principalmente por Paco y su hermano Damián, un representante muy bien relacionado. Ellos lo apoyaron para que su rostro se hiciese conocido y casi indispensable en algunos éxitos cinematográficos de la época. Su relación con Noela siguió a distancia hasta que en 1967 se casaron por poderes. Luego ella acabó mudándose a Madrid y dándole tres hijos: Rodolfo, Félix y Rodrigo. Vivieron un matrimonio feliz y disfrutaron con orgullo del éxito de Sancho Gracia en Curro Jiménez, personaje con el que amasó una importante fortuna para que los suyos viviesen cómodamente sin preocupaciones.

Pero uno de los niños de ese feliz hogar, Rodolfo, quiso seguir pronto los pasos de su padre y lanzarse a la interpretación siendo solo un niño, pues con ocho años ya intervino en la mini serie Los desastres de la guerra. Seducido por la profesión que había mamado en casa, a mediados de los 90 intervino en varias producciones, entre ellas, curiosamente, Curro Jiménez: el regreso de una leyenda. Pero su gran pelotazo, donde se convirtió en todo un ídolo de adolescentes, fue en Al salir de clase. Aunque en el cine debutó en 1995 con Cachito, la tele ha sido la que le ha dado mayor fama en series como Amar en tiempos revueltos, La señora, Isabel o El ministerio del tiempo. Suerte de esos trabajos, pues Rodolfo no había abandonado casi su adolescencia cuando se convirtió en padre. Tenía 19 años cuando se convirtió en padre junto a Silvia Bronchalo, que por entonces también ejercía la interpretación. El pequeño Daniel fue una alegría para sus abuelos y un motivo de madurez para Rodolfo, que siempre destacó por su profesionalidad y su impecable educación en su trato con compañeros y medios.

Inculcando ese espíritu de esfuerzo, Daniel recibió de niño clases de tenis, pues era su pasión, hasta que su amor por la cocina fue relegando al de las canchas. Con la edad siguió su propio camino lejos de su padre, que se enamoró en 2005 de su compañera de trabajo Xenia Tostado durante el rodaje de Cuba libre. Juntos tienen una niña llamada Jimena, a la que han intentado proteger del drama que les cayó encima cuando Daniel decidió, de la forma más terrible, terminar con una relación oculta de la que no sabía cómo salir.

El verano de 2023 todo cambió para la saga de los Sancho. Ni el más cruento guion de un true crime podría haber vaticinado un desenlace tan terrible para una familia tan trabajadora y querida, hasta ahora, por el público.

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