Cristina Iglesias no ha renunciado este verano a los placeres de la noche marbellí. De hecho, este fin de semana se la vio disfrutando junto a un apuesto joven en el palco del festival boutique de Starlite. Durante la fiesta, actuó con discreción, aunque sin perder la sonrisa de ilusión. La misma que mostró, este mismo lunes, en sus historias de Instagram.
La hija de Julio Iglesias y Miranda Rijnsburger está siendo estos días la protagonista del clan Iglesias con más visibilidad en Marbella, tal y como apuntan en La Razón, medio que ha compartido las imágenes que demuestran que la joven, de 22 años, se lo pasó muy bien hace unos días.
En las instantáneas aparece conversando con este joven misterioso con el que, apuntan, "intentó mantener en todo momento la discreción". Cristina homenajeó con su presencia a la bailaora Sara Baras, a la que aplaudió a la vez que sostenía un brick de agua en una mano.

La cantante celebró los 25 años de su compañía y rindió homenaje a grandes artistas, como Paco de Lucía. Vestida con un top lencero de color crudo que se ajustaba perfectamente a su cintura, Cristina y su acompañante disfrutaron plenamente del espectáculo.
Una felicidad que también se transmite en la última foto que la gemela de Victoria publicó este lunes en Instagram. En ella, aparece tomando el sol y presumiendo de bronceado, pero, sobre todo, de una sonrisa de satisfacción propia de quienes tienen el corazón contento.
A pesar de su juventud, tanto Cristina como su hermana suelen estar muy ocupadas en cumplir con sus obligaciones y en desarrollar sus proyectos profesionales, por lo que las vacaciones de verano son un gran momento de desconexión para ellas.

Hace dos años, las gemelas solo tenían 20, empezaron a trabajar, por ejemplo, con una marca de productos vitamínicos y complementos alimenticios naturales para mujeres. Juntas lo anunciaron en las redes sociales.
Además, también crearon un perfil en Instagram (@iglesiaszoo) para narrar sus aventuras diarias con sus mascotas, adoptadas en diferentes refugios de Málaga hace ya tres años: Chantal, una pequeña podenca marrón; Chata, de raza braco alemán, y Cora.