El fundador y expresidente de Bankinter, Jaime Botín-Sanz de Sautuola García de los Ríos, ha fallecido este jueves, 15 de agosto, en Santander a la edad de 88 años de edad. El célebre banquero, que siempre trató de mantenerse alejado de la vida pública, celebraba recientemente la victoria de uno de sus nietos, Diego, también sobrino de Ana Botín, en los Juegos Olímpicos de París 2024, donde participó en la modalidad de vela-49er. Sin embargo, en su vida no todo han sido alegrías. Ha tocado la fortuna, pero también la enfermedad. Incluso estuvo a punto de pisar la cárcel.
Tras cuatro décadas formando parte del consejo de uno de los bancos más importantes del mundo, el hermano díscolo de Emilio Botín abandonó en 2004 los consejos de administración, las reuniones y los informes para dedicarse a la filosofía y el mar. Después de pagar 91,7 millones de euros para evitar la pena de prisión que se le pidió por un delito de contrabando. Después, en 2021 volvió a ser actualidad porque el juez suspendió la pena de cárcel por "la enfermedad grave" que padecía "con padecimientos incurables".
La condena surgía de su intento de trasladar por tierra y por mar, con su barco Adix, un cuadro de Picasso que había comprado en 1977 y que el Estado español le había prohibido sacar del país. Era el año 2015, y el cuadro Cabeza de mujer joven, valorado en 26 millones de euros, fue interceptado para llegar hasta el Museo Reina Sofía. Sin embargo, sus graves dolores le libraron de la cárcel. Él, como su hermano, era un amante del arte. De hecho, hay quienes deslizan que amaba más la belleza de un óleo que sus funciones en el banco. En la biografía Jaime Botín, ¿banquero por error?, Eva Contreras escribió que "quería disfrutar de la vida y le fastidiaban las innumerables reuniones del banco".
Tragedia familiar
Licenciado en Derecho y Económicas, también le gustaban las letras. De hecho, tras alejarse sigilosamente de sus funciones en el banco -su entorno lo describía como una persona "extremadamente tímida"- decidió estudiar filosofía pura. Este tipo de disciplinas le ayudaban a olvidar no solo el malestar físico, sino también las tragedias que le golpearon años atrás.
El banquero pasó por un divorcio y por varios momentos complicados. Se casó con Belén Naveda, hija del presidente del Club Marítimo de Santander, y con ella tuvo ocho hijos. Desgraciadamente, dos de ellos murieron en un incendio en una casa de la familia. Por su parte, su hijo Alfonso siguió los primeros pasos del padre, trabajando también en banca. Lucrecia es una respetada productora cinematográfica, Marcelino es arquitecto naval, Gonzalo, abogado y Marta cría caballos.
Más tarde, el tío de Ana Botín se casó en segundas nupcias con Adela Bermúdez, quien da nombre al barco Adix, con el que intentó trasladar el Picasso a Ginebra.
Fundador y máximo accionista de Bankinter
La carrera de Botín en el sector bancario comenzó en 1956, cuando comenzó su andadura en el Banco Santander que presidía su padre, Emilio Botín Sanz de Sautuola, y al que estuvo ligado casi toda su vida, llegando a ser vicepresidente primero de 1999 a 2004. Con todo, la figura de Botín ha estado estrechamente ligada a Bankinter, banco en cuya fundación participó en 1965, fecha en la que fue nombrado, además, consejero director general. En 1977, y después de que Bankinter saliese a Bolsa (lo hizo en 1972), pasó a ejercer como consejero delegado, cargo que desempeñó hasta 1986, año en el que se convirtió en su presidente por un total de 16 años, hasta 2002.
Tras abandonar sus funciones ejecutivas, Botín permaneció hasta la fecha de su muerte como el máximo accionista de Bankinter, con un 23,19% del capital social del banco a través de la sociedad patrimonial familiar Cartival. Jaime Botín contaba, en 2021, con una fortuna valorada en 1.850 millones de euros, según el ranking de Forbes.