La Casona de la Marquesa de Casa Valdés o antiguo Palacio de Omaña sigue siendo una 'pesadilla' para la familia política de Esperanza Aguirre, que no consigue venderla desde que la pusieran a la venta a finales de 2020. Ni tras rebajar el precio en varias ocasiones han conseguido comprador. Ahora, en otro intento de deshacerse de la propiedad asturiana, han vuelto a pedir menos dinero por ella.
El anuncio fue actualizado hace poco más de diez días y en él se refleja que piden 750.000 euros por la vivienda, tal y como ha adelantado El Español. De esta forma, piden 230.000 euros respecto al precio de salida que pusieron hace alrededor de cuatro años y que estaba estimado en 980.000 euros. Se trata de una nueva rebaja de precio, pues en varias ocasiones se ha convertido en noticia por este mismo motivo.
La pusieron a la venta a finales de 2020 tras la muerte de la suegra de la expresidenta de la Comunidad de Madrid, Beatriz Valdés y Ozores, que falleció en febrero de 2019 a los 92 años. Beatriz era marquesa de Casa Valdés y nieta del primer marqués, Félix Valdés de los Ríos, que recibió el título de la reina Isabel II en el siglo XIX. La Casona se encuentra en el término asturiano de Pravia. Entre los herederos de Beatriz Valdés y Ozores se encuentra Fernando Ramírez de Haro, el marido de la que fuera líder del Partido Popular en Madrid.
La propiedad, que muestra cierto estado de abandono en el exterior, está compuesta por la casona principal, con tres plantas, la capilla y los anexos. Tiene 1.780 metros cuadrados que se dividen en más de cuarenta habitaciones repartidas en once dormitorios, nueve baños, dos cocinas, cinco salones y un comedor. Asimismo, cuenta con dos patios interiores, una torre, un mirador y un garaje. También hay dos antiguas caballerizas y otras dos edificaciones más.
En las imágenes, que fueron publicadas por el portal Idealista, se puede ver el estado de la casona, así como sus techos de más de cuatro metros de altura, la escalera de mármol, las paredes con frescos en el salón y los suelos originales de tablas de castaño de hasta medio metro de ancho.
En los últimos años, la familia política de Esperanza Aguirre también se ha convertido en noticia por litigios en los tribunales. Fue en marzo del año pasado cuando la justicia cerró la causa que abrió Íñigo Ramírez de Haro, hermano de Fernando. Acusaba a Fernando de simular la donación de un cuadro, del que era propietario el padre de la familia, y de no repartir el dinero que recibió con su venta. Aguirre y su marido vendieron el cuadro al empresario Juan Miguel Villar Mir por 5.115.600 euros cuando las deudas con Hacienda amenazaban con llevar a Fernando Ramírez de Haro ante la Justicia. Algo que también habría salpicado a la expolítica reconvertida en tertuliana, ya que ambos están casados en gananciales.
La Audiencia Provincial de Madrid concluyó, en un auto de 27 páginas, que no hubo delito, entre otras cosas, porque todos los hermanos de la familia Ramírez de Haro dieron su conformidad a esa donación. No obstante, la justicia sí consideró que esta donación fue falsa.