A sus 93 años y tras casarse por quinta vez el pasado mes de junio, el magnate de los medios Rupert Murdoch ha iniciado una batalla judicial contra tres de sus hijos para que su primogénito, Lachlan Murdoch, sea el sucesor de su imperio, tal y como ha publicado The New York Times.
El problema es que un fideicomiso firmado hace más de dos décadas compromete a Murdoch padre a legar su poder empresarial repartiendo la capacidad decisoria sobre el mismo a partes iguales entre sus cuatro hijos mayores.
El empresario, propietario de Fox, The Wall Street Journal o The Sun, desea reescribir este acto jurídico irrevocable. No obstante, desde el comisionado de sucesiones de Nevada han señalado que Murdoch podría cambiar el fideicomiso si demuestra que está actuando de buena fe y para el beneficio de sus herederos.
Actualmente, el acto jurídico tiene actualmente ocho votos: cuatro controlados por Murdoch y cuatro controlados por los cuatro hijos de sus dos primeros matrimonios.
Así las cosas, Murdoch asegura ante el tribunal que si Lachlan dirige el imperio mediático sin la ayuda de sus hermanos podrán preservar su postura editorial conservadora, según recoge el informe.