Un año después de sufrir una lesión medular, José María, hermano de David Bisbal, ha demostrado ser un ejemplo de superación. A la incertidumbre por su desaparición, de la cual informó Informalia, se sumaron los meses que pasó ingresado en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo, una etapa para la que tuvo que trabajar la paciencia, el optimismo y el amor propio. Le ayudó en este camino sumergirse en el deporte y, ahora, celebra los buenos resultados que obtuvo hace unos días en el Campeonato de España de bádminton, disputado en Cartagena, y en el que recibió la medalla de bronce.
La buena noticia la dio a conocer su compañero de pista, Juan Carlos Quintana, en sus redes sociales, donde compartió una fotografía de ambos posando con el galardón. "Enhorabuena a los dos. Disciplina y constancia. Un abrazo", respondió un orgulloso David Bisbal, quien se ha mostrado muy cerca de su hermano durante el proceso de recuperación. Tanto es así que, en de sus visitas al centro hospitalario de Toledo, contó que José María había encontrado su "vocación" a través del bádminton.
Los participantes del torneo, cerca de unos 300, se reunieron en el Polideportivo Aranalde con un objetivo común: optar a una plaza para los Juegos Paralímpicos, que se disputarán este 2024 en París, entre el 28 de agosto y el 8 de septiembre. No obstante, cuando se inscribió en la competición, para el hermano del músico lo más importante era superarse a sí mismo, especialmente tras comprobar cómo su vida había cambiado tanto de un año para otro. José María se incorporó a la categoría WH1, a la que pertenecen los jugadores que tienen "una limitación considerable del movimiento en un lado del cuerpo hasta la mitad del torso y de las piernas".
"Me han dado recientemente el alta de este magnífico hospital donde he estado ingresado casi cinco meses por una lesión medular", explicaba José María a Informalia, dando toda una lección de supervivencia: "Se puede vivir así, de hecho, estoy viviendo así y soy completamente autosuficiente, no necesito ayuda de nadie". Eso sí, el camino no fue fácil, más aún cuando los hermanos lidiaban con el Alzheimer de su padre. Los problemas se le acumularon, pero lograron salir adelante: "Llegué con una depresión bastante severa, porque esta lesión es difícil de aceptar. Pero una vez aceptada y asimilada, ¡decidí tirar para delante! Estoy muy feliz y con muchas ganas de disfrutar de la vida".
