José Ortega Cano ha elegido el plató de Sonsoles Ónega para conceder una cómoda entrevista antes de volver a los ruedos este sábado. El diestro torea en un festival segoviano principalmente para que su hijo José María le vea y la familia pase un rato 'a gustito' con sus faenas. En unas semanas, también dará unos capotazos en la finca de Samuel Flores.
Los cierto es que el viudo de Rocío Jurado, a sus 70 años cumplidos en diciembre, no se ha enfrentado a ningún toro bravo en la tarde de este jueves, pues no han habido preguntas incómodas relacionadas con Rocío Carrasco ni tampoco con Ana María Aldón o cualquier vertiente polémica de su vida.
Eso sí, el diestro ha hablado de Rocío Jurado y de lo triste que está sin ella casi veinte años después de su muerte: "Nos acordamos mucho de ella. Es una artista inconmensurable. Qué suerte he tenido", ha dicho sobre la mujer de su vida, momento en el que se le ha escapado alguna que otra lágrima.
También ha recordado algunos episodios vividos con 'La más grande'. Entre ellos, el más difícil, el de su viaje a Houston para intentar curarse del cáncer de páncreas que terminó con su vida en 2006. "En Estados Unidos nos encontramos con gente maravillosa que conocían a Rocío por su música. Los médicos nos atendieron de maravilla. Rocío fue un ejemplo para todos, pero ella tenía su tiempo contado desgraciadamente. Dentro de todo eso pasamos el tiempo en Houston de lo mejor posible", ha dicho, recordando que visitaron una finca con "vacas bravas" para levantar el ánimo de la legendaria cantante.
Ortega también ha hablado de su familia, aunque no ha mencionado a José Fernando, que permanece ingresado en el Centro psiquiátrico San Juan de Dios de Ciempozuelos: "Gloria [Camila] es un ángel, es estupenda. Mi hermana Mari Carmen es extraordinaria. Toda mi familia. Somos gente de trabajo y luchadores".
Sobre el momento en el que se encuentra actualmente, ha dicho: "Estoy es una etapa de mi vida muy bonita. Me encuentro bien físicamente. Estoy feliz. Tengo una familia maravillosa y bueno, en eso estamos".
No obstante, tras un repaso a sus 50 años en los ruedos, también ha expresado su remordimiento por algunas "pinceladas" en las que ha preferido no profundizar: "Estoy muy contento y satisfecho de lo que he hecho. A lo mejor tengo que tener alguna pincelada de mi vida, de mi historia, que no ha sido acertada. Pero si es así pido disculpas".
Y ha explicado: "Me refiero a la vida misma. La vida es una lucha y yo he tenido momentos muy difíciles. He estado a punto de morir en dos o tres ocasiones. No ha sido fácil".
Eso sí, para el torero el balance es positivo: "50 años ya desde mis comienzos y bueno, estoy aquí, feliz, tengo una familia bastante buena. Y bueno, la vida me va muy bien".
A sus siete décadas cumplidas, muchos ven innecesario que vuelva a ponerse delante de un toro: "Algunas personas dirán que por qué sigo toreando. Lo de ahora es una pincelada que voy a hacer, lo de Segovia y también en la finca de Samuel Flores". Este sábado, en La Lastrilla de Segovia, comparte cartel con Finito de Córdoba, Emilio de Frutos y el novillero Jorge Oliva.