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Sánchez y su mujer fueron avisados horas antes de lo que se les venía encima: "La noche que pasaron"

"Lo están pasando mal", nos confirmó Zapatero este jueves preguntado por Pedro Sánchez y su mujer, antes de arengar a la izquierda desde distintos medios para animar a movilizarse y convencer al presidente del Gobierno de que "vale la pena" quedarse y continuar a pesar de "los ataques contra su familia".

Zapatero viene a refrendar la hoja de ruta que nos habían trasladado fuentes de Moncloa, la 'precuela' de la insólita carta de marras.

El relato comienza a última hora de la tarde del martes, cuando al jefe del Ejecutivo le llegan noticias de la que se le viene encima a su esposa. El matrimonio no pudo verse hasta un poco después.

Fue entrada la noche del martes y sobre todo en la madrugada del miércoles cuando Pedro Sánchez y Begoña Gómez conversaron largo y tendido. El presidente del Gobierno y por ende su esposa llevaban horas tratando de encajar el golpe tras ser conocedores de las noticias que implicaban a la 'primera dama' y que aparecerían en El Confidencial a las pocas horas, desvelando que un juez había abierto diligencias tras la denuncia interpuesta por Manos Limpias contra la inquilina de la Moncloa por presunto tráfico de influencias. "Pasaron una noche terrible", nos relata una fuente de absoluta solvencia, dando a entender que la idea de la dimisión y de la carta de Pedro Sánchez comenzó a fraguarse en ese momento, aunque no a escribirse. Las mismas fuentes explican a este digital que, tras largas conversaciones con la madre de sus hijas, Pedro Sánchez acudió el miércoles al Congreso "sin apenas dormir", con la noticia ya publicada e imponiéndose a lo largo y ancho de los medios. Sin embargo fue después de abandonar el Parlamento cuando el presidente se puso manos a la obra para escribir de su puño y letra originariamente los folios que alrededor de las siete de la tarde irrumpieron en la vida pública a través de sus cuentas en las redes sociales antes de invadir redacciones, televisiones, radios y tertulias de todo pelaje.

La cronología es reveladora. Las horas anteriores transcurrieron así: entre el momento en que Pedro Sánchez abandonó su escaño y el alumbramiento de la carta, siempre según nuestras fuentes, "el presidente trasladó al Rey sus intenciones".

Luego se puso manos a la obra. Papel y bolígrafo. "Hubo al menos dos versiones del escrito", nos aclaran. "En la primera se ellas se hablaba abiertamente de dimisión", insisten. "Fue después de hablar con ciertas personas de confianza cuando el Presidente aceptó por consejo de sus interlocutores suavizar el contenido de su carta y cambiar el anuncio de su dimisión por el de la reflexión, la pausa en su agenda pública y por diferir su decisión definitiva hasta el próximo lunes".

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