El nuevo golazo que Cristiano Ronaldo se ha querido marcar para fortalecer su empresa inmobiliaria se ha encontrado inesperadamente con un "paradón", pues para que el futbolista se marque otro tanto en el terreno financiero debe contar con el visto bueno de tres "árbitros" políticos. Y es que el delantero centro del Al-Nassr inició en diciembre de 2023 los trámites para vender(se) el piso que posee en la octava planta del Centro Canalejas de Madrid, donde se encuentra el lujoso Hotel Four Seasons de Madrid, una galería comercial de grandes marcas (entre las que se encuentran Rolex, Cartier o Dior) y un complejo residencial de 22 viviendas en régimen de propiedad privada.
En el caso de Ronaldo, su apartamento de 125 metros cuadrados, que compró a título personal en 2019 por un valor cercano a los 3,5 millones de euros y está a su nombre, lo ha intentado vender a su principal empresa, la sociedad inmobiliaria portuguesa Domum Septem Unipessoal LDA, dedicada a la compraventa y arrendamiento de bienes inmobiliarios. Sin embargo, en dicha transacción Cristiano se ha encontrado con una 'tarjeta roja' que él no esperaba y que ha paralizado el proceso: su vivienda de hiperlujo cercana a la Puerta del Sol forma parte de un complejo considerado Bien de Interés Cultural (BIC), en la categoría de Monumento. Por ello, para cerrar la transacción, Cristiano debe antes notificar su intención de venta a tres organismos diferentes -en este caso, como informa Activos de El Periódico de España, al Ministerio de Cultura y Deporte, a la Comunidad de Madrid y al Ayuntamiento-. Sólo en el caso de que ninguno de ellos quiera ejercer su derecho de tanteo y comprarlo, Cristiano podrá seguir con su plan y traspasar su piso a su principal empresa.
Al parecer, en casos muy extraños una vivienda es calificada como un Bien de Interés Cultural, pero hay que tener en cuenta que el pisazo de Cristiano está ubicado en lo que antes fue un gran complejo que albergaba el antiguo Banco Hispano Americano y la sede histórica del Banco Español de Crédito. Dichos edificios habían sido declarados BIC en 1977, pero en 2013, cuando se aprobó la reforma del complejo, la Comunidad de Madrid, para que se pudiesen efectuar las obras, 'desdeclaró' la condición de BIC y ésta se redujo la protección a las crujía exteriores y la fachada. Así, el edificio pudo elevarse tres plantas más en relación a su estado inicial, que es justo donde se ubican las viviendas de lujo privadas. Y a pesar de que estas no forman parte de la zona declarada BIC, sus propietarios están igualmente obligados a informar de su intención de venta a los organismos oficiales, tal y como recoge Activos. De momento, parece, Cristiano no ha obtenido respuesta alguna por parte de las administraciones que lideran Sánchez, Ayuso y Almeida.
Considerado uno de los futbolistas más ricos del mundo, no es de extrañar que Ronaldo tenga propiedades de lujo y mansiones allá por donde va. Su primera casa en propiedad la adquirió cuando tenía 18 años y firmó su contrato con el Manchester United, en 2003. Un nidito que costó siete millones de dólares y que compró en Alderly Edge (donde también vivieron los Beckham), a 24 kilómetros de la capital. Aunque en 2019 la vendió, seguro que entonces ya no necesitaba dinero para adquirir la que sería su segunda casa, la que compró en La Finca de Madrid. Luego, cuando en 2018 se marchó con sus botas a Turín, compró otra mansión en Strada San Vito Revigliasco. Además, en su país natal también ha ido haciendo inversiones, y actualmente tiene a su nombre dos pisos en Lisboa (uno lo adquirió en 2015 por dos millones de euros, en la Avenida da Libertade, y otro en 2018 por 7 millones), una mansión en Cascais y otra en Madeira. Además, dispone de una mansión en Marbella, un piso en la Trump Tower de la Quinta Avenida de Nueva York -por el que se dice que pagó 18 millones de dólares-, y una casa en Arabia Saudí, en la que tiene intención de vivir mientras mantenga la camiseta de Al-Nassr.
Y quién sabe si sus propiedades podrían aumentar este año, sobre todo ahora que se acaba de conocer que La Juventus tendrá que pagar al portugués más de 9,7 millones de euros -más intereses, lo que su pondrían diez millones de euros— después de que el Tribunal de Arbitraje por la Federación Italiana de Fútbol haya dado la razón a Ronaldo, ya que el club deportivo italiano le debía cuatro meses de sueldo, los que la Juve decidió aplazar en su pago durante la pandemia y que jamás le habían ingresado tras su traspaso el Manchester United.