Ya son 24 años dedicado al mundo de la música pero la cara de pillo a Juan Peña no se le va nunca. La verdad es que le miro y no envejece. Sigue con su pelo rubio, sus ojos azules, esa sonrisa de niño que no ha roto un plato y un corazón que no le cabe en el pecho. Porque de Juan nadie encontrará quien le hable mal. Y eso en su mundo es más que una carta de presentación. Tanta gente tiene que le quiere y a la que él cuida que hasta va a lanzar en breve su nueva canción dedicada precisamente a los amigos, a esas personas con las que no comparte lazos de sangre pero que son tan fundamentales como la propia familia. Porque mientras la mayoría de los mortales puede decir que le sobran dedos en una mano para hablar de amigos de verdad en el caso de Juan ni juntando los dedos de los pies le llega.
Evidentemente nada es casual y a Juan de casta le viene tener una educación con principios y valores fundamentada en la Fe cristiana. Hoy día 6 el cantante repite cartel ya que volverá a estar en el concierto Fiesta de la Resurrección que se celebra en la Plaza de Cibeles y que hace un año logró reunir a más de 60.000 asistentes con una audiencia de 50 millones de personas en redes sociales.

Organizado por a Asociación Católica de propagandistas el cartel lo completan los grupos Modestia Aparte, Marilia, Hakuna Group Music, el Pulso, Estenez y los británicos HTB Worship así como el Padre Guilherme, el sacerdote DJ de la JMJ de Lisboa 23. "Yo canto para todos y siempre pongo el mismo sentimiento. Puede ser delante de un rey o junto a una pareja de recién casados. Jamás en la vida hago distinciones", dice mientras supervisa las obras de la casa que se acaba de comprar en Madrid.
"Después de 24 años trabajando ya era hora de dejar de vivir de alquiler", asegura. Hoy está feliz en su nuevo hogar en una urbanización de La Moraleja donde siempre se ha sentido muy cómodo. "Alquilé un apartamento en esta zona cuando llegué solo y nunca he querido cambiar". Junto a su mujer Sonia y su hijo Tristán está como un niño con zapatos nuevos eligiendo la decoración y creando su nuevo hogar "que me he ganado con mi trabajo".

Es de los pocos artistas que repite en el concierto de la Fiesta de la Resurrección. Supongo que aquí hay un compromiso que sobrepasa lo artístico…
JP: Es mi segunda vez y te aseguro que como cristiano que soy fue muy emocionante cantar ante tantas personas la Salve Rociera para celebrar la Resurrección de Cristo. Cantar con gente que piensa y cree en Dios como yo fue una experiencia única.
Entiendo que se ha criado en el seno de una familia católica como tantos españoles de su generación pero con los años no se ha alejado de sus creencias.
JP: Estudié en los Salesianos de la Salle de Jerez y no veas cómo me recuerdo de niño en la capilla rezando para que me aprobaran los exámenes. He disfrutado mucho desde mi infancia la Semana Santa y El Rocío. No soy de misa diaria pero sí suelo ir a la Iglesia cuando estoy preocupado porque suelo hablar con Dios y rezo. A mi hijo Tristán le estoy inculcando mi Fe porque me parece que es muy bonito creer en Jesús de Nazareth y con él estoy haciendo lo que hicieron en su día mis padres, mis abuelos, mis bisabuelos...
Hoy parece que la gente tiene la piel muy fina cuando se habla de religión y de educar en el cristianismo y tal vez por eso son muchos los artistas que prefieren eludir esas preguntas.
JP: Respeto a todo el mundo pero es verdad que cuando viajo a Dubái donde canto todos los años veo cómo veneran y respetan su religión y tradiciones. Ahora parece que decir que eres católico es como si cometieras un pecado y no te digo sin encima añades que eres español. ¡Todavía peor! Pues soy andaluz, de Jerez, español y católico que creo en Jesús. Igual que respeto a todos espero que lo hagan conmigo porque además no hago daño a nadie.
De niño pedía sacar buenas notas. ¿Hoy qué pide en sus rezos?
JP: Salud y paz. En el mundo, paz interior, en mi familia… con fuerza y salud sé que nunca me va a faltar el trabajo porque me adapto a todo. Puedo cantar ante 100.000 personas como hoy, o en una boda con cien invitados. Viajo donde haga falta como ahora que voy a actuar por primera vez en Medellín, Colombia, el próximo día 15…. Soy un currante que llevo 20 años viviendo en Madrid y 24 en la música y todo lo que he conseguido ha sido a base de lucha, fuerza y sacrificio ya que nadie me ha regalado nada. No he buscado la popularidad gratuita a cualquier precio. Me han ofrecido un montón de realities y programas para ser famoso por la vía rápida pero siempre lo he rechazado porque yo demuestro con hechos mi trabajo y mis resultados. Además, soy fiel a mi gente y por eso siempre hago mis celebraciones con los amigos de toda la vida más los que voy añadiendo. Nunca olvido a quien me ha apoyado de la misma manera que sé quién me quiere de verdad. Periodistas incluidos con los que me llevo estupendamente bien y siempre nos vemos.

De ahí el canto a la amistad que va a lanzar en su próximo tema.
JP: Siempre le digo a mi mujer que ella y mi hijo son la familia que he elegido pero mis amigos también lo son. Cuando llegué a Madrid solo y sin conocer a nadie empecé a tener amigos de toda índole con los que sigo manteniendo esa amistad. No hay un perfil único. Días atrás celebré mi cumpleaños y ahí estaban todos. Famosos o no, gente que ha triunfado y personas que lo tienen muy difícil en la vida. Te aseguro que lo más importante es saber respetarse y querer a tu gente. Yo a Sonia le digo que espero estar toda la vida a su lado porque la amo y quiero pero si algún día no fuera así sé que tendré la familia de mis amigos.
¿Cómo artista se siente reconocido?
JP: Después de dos décadas viviendo de mi música lo bueno es que ahora mismo tengo el single que me ha compuesto David de María en el segundo y tercer puesto en la radio y sigo unido a Sony Music. Mi pelea con las compañías de discos es que no les gusta que haga eventos privados pero yo no lo dejaré porque ésa es mi herencia y si un día la discográfica te deja yo sé que seguiré actuando. Por eso soy mi propio mánager y he ido solo. Puedo cantar en galas muy importantes o más pequeñas pero lo importante es mantenerse. Nunca he jugado en Champions League porque no soy Ronaldo ni Messi pero llevo 24 años viviendo de mi trabajo y creo que mantenerse y sonar en los medios es lo importante. No quiero más a cualquier precio. Hoy me siento en la silla al ver la casa que me he comprado y estoy que no me lo creo. Me la he ganado y es fruto de mi esfuerzo. Eso es lo que me importa. Fíjate que tengo de vecinos a algunos de los influencers más importantes. Además también tengo dos casas en Jerez y todo es por seguir siendo fiel a mi forma de trabajar.
Uno de sus clientes fijos suele ser el empresario José Hidalgo.
JP: Voy encantado a cantar a su casa cada vez que me llama como lo hago con cualquier otra persona. Si tengo esas amistades es por mi trabajo porque yo vengo de una familia de clase media humilde que no forman pate de este mundo en el que me muevo.
¿Cómo han vivido sus padres su carrera musical?
JP: A mi madre una vez la tuvo que atender el Samur por cómo se emocionó al verme actuar. Fue al principio de llegar a Madrid y le impresionó la cantidad de gente conocida que había acudido a mi gala hasta el punto que sufrió una subida de tensión por la que hubo que llamar al Samur.
¿Quién fue la primera persona que se fijó en su arte y le ayudó?
JP: Rocío Jurado. Mi padre trabajaba con los dueños de las bodegas González Byass que eran íntimos de Rocío y José Ortega y así conocí a la familia. Amador decidió grabarme una maqueta que llegó a oídos de Pepe Barroso y surgió todo. Tengo mucho cariño a toda la familia y aunque ya nos vemos poco a mí nunca se me olvida quien me ha ayudado. Después la pandilla de Fonsi Nieto, Israel Bayón, Javier Hidalgo… me llevaban a sus fiestas y de ahí salían nuevos contactos y no veas cómo funcionó y sigue funcionando el boca a boca.
Rihanna acaba de ofrecer una actuación privada en una boda de multimillonarios en la India.
JP: Te aseguro que yo he cantado para las grandes fortunas del mundo.

¿Para quién no cantaría?
JP: Para los que hacen daño en el mundo. A los que hacen guerras.
¿Tiene políticos vetados?
JP: Ahí no entro. Sólo pido a los políticos que quieran a mi país, que den trabajo a los jóvenes, que cuiden a los mayores, que bajen los impuestos para los necesitados… pero no entro en política. Mi música es para todos y es que me han enseñado que en esta vida hay que ser buena gente. Te aseguro que duermo con la conciencia tranquila porque sé que no hago daño a nadie.
¿Qué me dice de su hijo Tristán?
JP: Es mi vida. Son mis cinco sentidos. Es un angelito del cielo. Noble, cariñoso, bueno en sus gestos y generosidad, te aseguro que es una bendición.
¿No le aterra el mundo al que va a enfrentarse?
JP: A mi hijo le intento explicar la realidad de la vida para que sepa valorar las cosas. Le he llevado a mis sitios de la infancia para que entienda cómo vivíamos y lo que costaba sacar un dinerito en la panadería de mi abuela. Tiene que tener una visión amplia y entender que no todo es como la finca de su madre o a los pisos que tengo en Jerez. Le abro los ojos sobre mi trabajo. Los kilómetros que tengo que hacer, cuando el público no siempre es agradable… es verdad que nunca me ha faltado el dinero cantando y mentiría si dijera que he pasado fatigas pero sí he vivido la soledad o el no estar siempre arropado. Reconozco que sé perdonar a pesar del daño que me han hecho algunos, pero soy así. Mi premisa es el esfuerzo. Tengo muchos años por delante para pagar la hipoteca de mi casa pero lo haré todavía más motivado en mi trabajo. No sé lo que es relajarse en ese sentido. Me siento orgulloso de no parar y lo único que pido es seguir. Eso sí, el tiempo lo quiero para disfrutar de mis amigos y dar gracias a Dios.
¿Dónde se siente más feliz?
JP: Con mi familia y amigos. Disfruto reencontrándome con mi gente de la infancia en Jerez.
A pesar de dedicarse a cantar en las fiestas no ha caído en las tentaciones que ese ambiente puede generar.
JP: Mis padres lo primero que me enseñaron es que había que ver, oír y callar. Y lo segundo fue la honestidad. En mi vida nunca he tomado drogas. Sí me puedo beber algún gin tonic pero nada más. Tengo la cabeza con los cinco sentidos. Soy consciente de que ya tengo mis años y que viene gente nueva pegando fuerte por eso cuido todo lo que he conseguido. También con Sonia. Como todas las parejas pasamos nuestras crisis pero lo importante es fortalecer la relación. Nos hemos acostumbrado a ver romper parejas por dos discusiones. Además es una cuestión de respeto. No me gustaría hacerle nada malo a mi mujer como tampoco querría que ella me lo hiciera a mí. Me he criado viendo a mis padres toda la vida juntos, más de cincuenta años, y es el ejemplo que recibo. Además no me perdonaría jamás que mi hijo fuera infeliz y tuviera que pagar las consecuencias de nuestros errores.