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Gonzalo Caballero: "La infanta Elena tiene un corazón enorme y estará hoy en la corrida"

  • Cuatro toros son los que lidiará esta tarde en la plaza de Las Rozas para ayudar en la investigación del cáncer infantil con el proyecto La Sonrisa de María
  • Hablamos con el diestro sobre su pasión por el toreo, sus 9 minutos 'muerto', el adiós a su padre y el vínculo con María, una niña a la que adora y que sufre Sarcoma de Ewing
  • "En pandemia no vi a ningún antitaurino manifestarse por llevar los toros al matadero", nos cuenta el torero

Lleva meses esperando el día de hoy y ya solo queda darlo todo en la plaza. Cuatro toros son los que lidiará Gonzalo Caballero esta tarde en la plaza de Las Rozas y un único fin que justifica el miedo y engrandece el valor: recaudar fondos para la investigación del cáncer infantil con el proyecto La Sonrisa de María. Caballero no sólo está entregado a ayudar a combatir el Sarcoma de Ewing sino que es otra persona desde el día que conoció a María, la niña de 11 años que le robó el corazón, y con quien seguirá luchando para que la ciencia encuentre soluciones a esta enfermedad.

De momento, hoy tiene una tarde que, espera, sea gloriosa. Y también un pasado que nadie hizo sospechar acabaría llevándole a los ruedos sino fuera por la pasión que su padre tuvo por los toros y el contagio que hizo a su hijo llevándole a la plaza desde bien temprano. En 2015 tomó la alternativa en Las Ventas, el templo por excelencia, y mucho ha vivido Gonzalo cada vez que se ha puesto el traje de luces. Una cornada durísima no se lo llevó ni tampoco sus ganas de seguir en el ruedo y por eso sabe lo que es el miedo, el dolor y la gloria, pero sobre todo la pasión que sólo un torero siente cuando se dispone a darlo todo, incluso la vida, por una buena faena. Aunque en su día fue muy comentada su amistad con los Marichalar Borbón, hoy Gonzalo no quiere hablar de Froilán ni de Victoria Federica, pero sí elogia la labor en apoyo de los toros que siempre demuestra la Infanta Doña Elena. Con los años Caballero sabe torear, y no sólo en las plazas.

Hoy por fin ha llegado el día que lleva preparando más de cuatro meses. ¿Cómo se encuentra ante su gran tarde?

GC: Por un lado siento mucha emoción, porque cuando empezamos este proyecto era un salto al vacio con muchos miedos, y te aseguro que nunca imaginamos la gran repercusión que ha tenido y cómo se ha involucrado la sociedad. Toda España está con La Sonrisa de María, y el saque de honor del otro día en el partido del Atleti-Barcelona creo que fue la mejor muestra. El mensaje de María representa a muchos niños y familias que luchan contra esta terrible enfermedad. Perdí a mi padre y en ese momento no reparé en la importancia que tiene la investigación. Ha sido al lado de María donde he entendido el mensaje que hay que dar y ha sido impresionante ver la reacción de todo el mundo. Te aseguro que pocas veces he estado tan nervioso como hoy precisamente por todo lo que representan esos cuatro toros y la carga emocional que conlleva.

Ya sólo enfrentarse a cuatro toros en una misma tarde es para tener miedo. Y si a eso le suma que quiere dar una gran tarde para que todos se sientan orgullosos…

GC: Todos los toreros pasamos miedo, y el valor es precisamente la capacidad de vencer al miedo. Están el miedo y la responsabilidad. Al empezar este proyecto decidí torear cuatro toros porque creía que era lo más conveniente pero te aseguro que cuesta mucho enfrentarse a esta tarde. Lo hago por mi padre, lo que más quería de este mudo, y por el vínculo que hemos creado María y yo y lo que representamos.

Perdió a su padre demasiado joven por un cáncer.

GC: Teníamos un vínculo especial. Su pasión eran los toros y estaba a mi lado las 24 horas. Lo que es la vida, porque ahora encuentro muchas cosas de mi padre en María y a su lado mitigo el dolor de estos siete años sin él. Pienso que estará orgulloso de mí desde ahí arriba, y ahora lo siento más cerca que nunca. Tal vez por esto sea todo tan especial para mí.

¿Cómo fue el día que anunció en su familia que quería ser torero a los 16 años?

GC: Todos los fines de semana iba con mi padre al fútbol y a los toros y tenía esas dos pasiones. Pero me tiraban más los toros. Te puedo asegurar que a pesar de todas las cornadas que he sufrido el toreo es una vocación y la profesión te elige. Lo sé, y más después de la última cornada que me tuvo nueve minutos muerto. Cualquier otra profesión te haría cambiar de vida pero la mía trasciende a tu propio ser y pase lo que pase sigues adelante. El destino me tenía preparado que tenía que ser torero. Es muy duro pero lo más bonito que existe.

Esos nueve minutos que estuvo más muerto que vivo deben dejar secuelas…

GC: Tengo una secuela en un nervio que a veces hace que me tropiece o que no funcione bien la pierna… pero lo físico te aseguro que es secundario ya que lo que realmente te marca es el factor psicológico. No vuelves a ser la misma persona. Esta cornada me cambió por dentro y estar en la UCI conectado a una máquina de diálisis te hace valorar muchas otras cosas y sobre todo ver el mérito de los compañeros que se ponen delante de un toro. Mentalmente me ha costado superar esta cogida y por eso este año decidí no regresar a Las Ventas, porque las dos tardes del año pasado por la Feria de San Isidro me pesaron mucho. Comprendí que no estaba al cien por cien para regresar al lugar donde ocurrió todo y en cierto modo si estoy tan volcado en temas benéficos es porque aprendes a valorar lo que realmente importa en la vida. Tengo la suerte de ser torero y un altavoz en muchos ámbitos de la sociedad para llevar este mensaje.

No todos los matadores han estado tan graves como usted pero no cesa en su empeño de seguir enfrentándose a la muerte. ¿Cree que está preparado para lo que pueda pasar?

GC: Eso lo aprendí de niño cuando iba a la Escuela de Tauromaquia de Madrid. Había un cartel que ponía "Llegar a figura del toreo es casi un milagro, pero aquel que llega el toro podrá quitarle la vida pero la gloria jamás". Por encima de vida prima la gloria y el honor y eso lo vas viendo al avanzar en la profesión a pesar de los momentos tan duros que hemos vivido con maestros como Víctor Barrio o Iván Fandiño. Es cuando te da un vuelco y tienes que volver a empezar de cero, porque son situaciones muy duras de asimilar, pero esa es nuestra realidad, el peaje y precio que tenemos que pagar.

¿A qué sabe la gloria?

GC: Es algo muy personal y seguramente cada torero te diría una cosa. Llevo años tratando de psicoanalizarme y entiendes que la gloria es algo volátil. Un día crees que la gloria es triunfar en Madrid y otro entiendes que son momentos como el otro día, cuando María me abrazó después de dar el saque de honor y cumplir sus sueños. Ese momento no lo cambio por ninguna puerta grande. Creo que estoy en el camino y es que el toreo te da privilegios como ser un altavoz de la sociedad y que la gente quiere estar a tu lado. El toreo te da mucho pero también tiene un duro peaje.

No toda la sociedad está a favor de los toros y menos muchos políticos y movimientos en redes sociales. Parece que ser taurino hoy no está muy bien visto.

GC: El problema de la tauromaquia es que se ha politizado y el torero no es de ningún partido por eso nuestra labor está en salir de esos parámetros. Tengo amigos de izquierdas y derechas aficionados y también antitaurinos. Lo importante es saber respetarse y ser fiel cada cual a sus convicciones. Hay que entender que el toro es un animal en peligro de extinción y sobrevive gracias a las corridas. En la pandemia los toros iban en camiones a los mataderos porque no había ferias y no había ningún antitaurino queriendo rescatarlos. Hay que explicar bien las cosas para que la gente tenga una opinión con información. Pido respeto y te aseguro que en mi mundo hay mucha implicación social y lo compruebo ahora con esta iniciativa.

Dice que tiene amigos en todas partes, incluso en la familia real. ¿Sigue en contacto con Froilán y Victoria Federica?

GC: En este momento prefiero no tocar ese tema pero lo que sí te digo es que la Infanta Elena es una persona maravillosa. Está muy volcada con María. Va a estar hoy apoyando en la corrida y en la gala ya nos aseguró que le hacía mucha ilusión colaborar. Estará con María y me consta que tiene un corazón enorme.

María forma parte de su vida y sufre una enfermedad muy dura. Esta cornada es mucho más dura que la que puede sufrir en una plaza.

GC: María es una niña adorable y sonriente que siempre está riéndose y bromeando. Cuando viví junto a mi padre su proceso de quimioterapia comprobé cómo de ser el hombre más fuerte que conocía pasó a un estado muy derruido y agotado. Hoy miro a María y alucino por cómo lo lleva. Vino a la gala en pleno tratamiento y no veas qué fortaleza tiene. Como el día del saque de honor, nos fuimos a cenar y pensamos retirarnos pronto, pero era ella quien quería seguir. Es un ser de luz que ha enviado Dios a la tierra para darnos un mensaje. Su sonrisa representa a miles de niños y familias que luchan contra la enfermedad. María es un soplo de esperanza y ojalá que con la recaudación consigamos encontrar una vía nueva en la investigación.

¿Después de hoy qué va a pasar?

GC: Es tanta la gente que se ha sumado que te anuncio que tenemos más de dos mil propuestas. Hoy lo importante es la corrida y centrarnos en darlo todo. Luego seguiremos porque ahora más que nunca es cuando hay que seguir en la lucha, y te aseguro que daremos muchas sorpresas.

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