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El fiscal denuncia a Alberto González, novio de Isabel Díaz Ayuso, por fraude fiscal y falsedad documental

  • Se le acusa de eludir el pago de 350.951 euros a Hacienda a partir de un entramado de facturas falsas
  • Conviven en un piso de 183 metros cuadrados tasado en 837.893,61 euros con una hipoteca de 500.000 euros a nombre del empresario
Isabel Díaz Ayuso y su novio, Alberto González Amador

El fiscal señala al novio de Isabel Díaz Ayuso por fraude fiscal y falsedad documental. Según la denuncia, Alberto González Amador eludió el pago de 350.951 euros a Hacienda a partir de un entramado de facturas falsas y empresas pantalla. Sostiene el Ministerio Público que el novio de la presidenta madrileña cometió dos delitos fiscales previstos en el artículo 305.1 del Código Penal relativos al Impuesto de Sociedades de los ejercicios de 2020 y de 2021.

Según la liquidación de la Agencia Tributaria hecha pública este martes por elDiario.es, la cuota defraudada por el novio de Ayuso fue, presuntamente, de 155.000 euros en 2020 y de 195.951,41 en 2021. La investigación comenzó a raíz de las declaraciones presentadas en 2021 y 2022 que reflejaban un incremento exponencial de la facturación de las empresas del novio de la presidenta madrileña a partir de 2020, el primer año de la pandemia. Ese ejercicio sus ventas se multiplicaron por más de seis, hasta 2,3 millones, según sus cuentas anuales. Pese a ello, ante Hacienda declaró solo 8.400 euros de beneficio, tras anotarse gastos que no se correspondían con la realidad.

El delito contra la Hacienda Pública lleva aparejado también una pena de multa, que puede ir de la mera cuantía defraudada a multiplicar por seis esa cantidad.

Sostiene la investigación que, para defraudar más de 350.000 euros entre 2020 y 2021 en el Impuesto de Sociedades, el novio de Ayuso necesitó la elaboración de hasta 14 facturas falsas para deducirse gastos y servicios que nunca existieron.

Algunas de estas facturas son de cantidades pequeñas, no superan los 10.000 euros, pero dos de ellas suman más de millón y medio de euros entre las dos. Y el objetivo, según la Fiscalía, era deducirse gastos "indebidamente" para reducir la factura fiscal.

Conviven en un piso de 183 metros cuadrados tasado en 837.893,61 euros con una hipoteca de 500.000 euros a nombre del empresario

Alberto González Amador sale con Isabel Díaz Ayuso desde 2021, con quien reside en el centro de Madrid. La vivienda fue adquirida el 27 de julio de 2022 y está a nombre de Alberto González Amador. El piso tiene 183 metros cuadrados y está tasado en 837.893,61 euros. Sobre el inmueble pesa una hipoteca de 500.000 euros a nombre del empresario. El novio de la baronesa popular ha sido denunciado por defraudar a Hacienda 350.951 euros entre 2020 y 2021 valiéndose de una trama de facturas falsas y sociedades pantalla. Así figura al menos en la denuncia que la Fiscalía Provincial de Madrid presentó en el juzgado el pasado 5 de marzo tras recibir un informe de la Agencia Tributaria con las conclusiones de una investigación iniciada dos años antes. Hacienda detectó movimientos sospechosos de las sociedades del novio de la presidenta de Madrid por su enriquecimiento durante la pandemia en las declaraciones presentadas en 2021 y 2022.

En total sus compañías presentaron 15 facturas falsas por gastos ficticios que suman 1,7 millones de euros. Fue el método utilizado para desgravar gastos que aparentemente nunca se realizaron, reducir los beneficios declarados al fisco y pagar 350.000 euros menos en impuestos durante dos anualidades.

Las sociedades investigadas, ambas 100% propiedad del novio de Ayuso, son Maxwell Cremona Ingeniería y Procesos para el Fomento del Medioambiente, que se dedica en realidad a prestar servicios sanitarios, y Masterman & Whitaker Medical Supplies and Health Process Engineering, una firma sin empleados del sector de cosmética y farmacia, que Alberto González Amador adquirió a finales de 2020 y que, según Hacienda, utilizó para desviar parte de los beneficios millonarios logrados durante la pandemia.

La denuncia de la Fiscalía se dirige además contra otras cuatro personas, acusadas de prestarse a emitir facturas a las empresas de Alberto González Amador. La conclusión de los servicios de inspección es que, de todos los gastos presentados, 1.748.580,63 euros corresponden a encargos simulados y actividades que no se llevaron a cabo. Albaranes de media docena de sociedades, españolas, pero también hay una mexicana y otra de Costa de Marfil que no tuvieron más función que la de servir a la pareja de Isabel Díaz Ayuso para defraudar al fisco.

Las compañías que presuntamente emitieron facturas falsas a las empresas de Alberto González Amador son la firma mexicana llamada MKE Manufacturing SA fechada a finales de 2020 (620.000 euros) y Gayani Ltd, con sede en Costa de Marfi (922.585,63 euros, emitida en 2021).

El informe de la Agencia Tributaria difundido por elDiario.es concluye que hubo una "intencionalidad querida y buscada por Maxwell Cremona SL (propiedad del novio de Ayuso) de solicitar y utilizar las dos facturas que claramente son falsas o falseadas con la finalidad concreta de conseguir la pretendida reducción fiscal en los ejercicios en que incrementa de forma significativa los beneficios".

La Fiscalía también denuncia a tres ciudadanos andaluces propietarios de varias sociedades que según Hacienda contribuyeron a simular gastos para el entramado societario del novio de Ayuso por decenas de miles de euros. Se trata de dos hermanos y un tercer hombre, residentes todos en el municipio sevillano de Arahal.

En noviembre de ese ejercicio contabilizó una factura de 620.000 euros a la citada firma mexicana MKE Manufacturing, dedicada a la importación y exportación de alimentos. Factura que luego se intentó deducir pese a tratarse de servicios que, según pudo comprobar Hacienda, no se llevaron a cabo.

Así lo llegó a reconocer el propio Alberto González Amador a la Agencia Tributaria. Cuando ya tenía la inspección abierta, y tras tratar de regularizar su situación con el fisco en julio de 2023, intentó convencer a Hacienda de que esa factura se había anulado. Lo hizo después de que el pasado agosto las autoridades mexicanas confirmaran al fisco español que allí no les constaba ninguna factura emitida por MKE a Maxwell Cremona.

En 2021, la empresa de Alberto González Amador facturó otros 1,3 millones. De ese ejercicio llamó la atención de la Agencia Tributaria la deducción de una factura de más de 900.000 euros emitida en junio de ese año para pagar supuestos encargos realizados por Gayani LTD en Costa de Marfil. La Agencia Tributaria ha concluido que también fueron trabajos simulados que tampoco se prestaron. De nuevo, cuando ya sabía que Hacienda le investigaba, y tras comprobar que los inspectores no admitían sus explicaciones, la pareja de Ayuso intentó convencer a la Agencia Tributaria de que esa factura se había anulado a posteriori.

Además de recurrir a terceros para justificar y deducirse gastos inexistentes para defraudar al fisco, la pareja de la presidenta madrileña también utilizó una empresa pantalla -"mera sociedad interpuesta" la llama la Agencia Tributaria-, que adquirió a finales de 2020. El informe de Hacienda define así el objetivo de esa operación: "Remansar fondos en favor de Alberto González Amador". El mecanismo utilizado consistió en traspasar a esa empresa, Masterman and Whitaker, un contrato con uno de los clientes habituales al menos desde 2017 de su otra sociedad, a cambio de 600.000 euros (más IVA) en concepto de "Consultoría de Sistemas a clientes". El problema fue doble según Hacienda: esa segunda firma, sin empleados ni infraestructura, carecía de medios para realizar los trabajos, y además el importe real facturado a ese cliente fue en realidad muy inferior, de 237.320 euros.

A ojos de la Agencia Tributaria, esa cesión "carente de sentido", fue una "simulación" por la que esa sociedad interpuesta emitió "una factura ficticia", por un importe estimado, que "no se corresponde con la realidad de la prestación acometida" y "sin que responda a la realidad de los servicios prestados". El resultado, concluye la inspección de la Agencia Tributaria, es que Alberto González obtuvo una "ventaja fiscal inadmisible" para crear "de forma artificial, unas bases imponibles negativas a compensar en ejercicios futuros". Haciendo así las cuentas, la nueva empresa se anotó ese año unas pérdidas de más de 222.000 euros. Con esa factura falsa, generó un gasto deducible con el que se apuntó un crédito fiscal a futuro para poder compensarlo con una desgravación fiscal cuando empezase a declarar beneficios.

Para que exista delito fiscal, además de que la cuota defraudada supere los 120.000 euros por ejercicio (como en este caso), es necesario que exista dolo: una voluntad consciente de defraudar a Hacienda que, según la Agencia Tributaria, en el caso de Alberto González Amador es evidente, porque existe engaño u ocultación. También habría falsedad contable, porque las cuentas de Maxwell Cremona no reflejan su verdadera situación financiera, aunque la Fiscalía ha decidido no denunciar por este delito que aparece siempre asociado al fraude fiscal.

Con su investigación cerrada, la Agencia Tributaria remitió el pasado 23 de enero sus conclusiones a la Fiscalía de Madrid para que presentase denuncia en el juzgado, cosa que el ministerio público hizo el pasado 5 de marzo. En ella se pide la imputación de Alberto González Amador y de cada uno de los supuestos empresarios que contribuyeron a la facturación falsa de su sociedad. En el caso de la pareja de la presidenta de Madrid se le acusa de tres delitos, dos de fraude fiscal y un tercero de falsedad documental.

Varios artículos de prensa se hicieron eco en la primavera de 2021 de la relación sentimental entre Isabel Díaz Ayuso y Alberto González Amador, aunque sin precisar el momento en que había comenzado la relación. Desde hace meses la pareja convive en un piso del distrito de Chamberí, en el centro de Madrid, según ha podido comprobar elDiario.es. La vivienda, adquirida para el uso de la pareja el 27 de julio de 2022, está a nombre de Alberto González Amador. El piso tiene 183 metros cuadrados y está tasado en 837.893,61 euros, si bien el precio de mercado en la exclusiva zona donde está situado podría disparar su valor. La valoración que el portal Idealista hace de las viviendas en ese mismo edificio llega hasta 1.194.000 euros. Sobre el inmueble pesa una hipoteca de 500.000 euros a nombre del empresario.

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