El torero Juan Ortega reaparece 52 días después de su plantón en el altar a Carmen Otte: "Lo asumo y pido perdón"

El pasado 2 de diciembre el mundo taurino y no taurino se puso patas arriba con el plantón del torero Juan Ortega a su novia cardióloga, Carmen Otte, en Jerez de la Frontera apenas media hora antes de comenzar la ceremonia. Más de 50 días después y en mitad de los rumores de reconciliación, el torero ha roto su silencio y se han pronunciado por primera vez al respecto.

Sobre el revuelo mediático que se formó, el diestro ha dicho: "Al final, en esta vida con la sociedad en la que vivimos, la gente está acostumbrada a casarse o separarse. Pero a suspender una boda unos días antes no. Pero entiendo el follón que se haya formado. No me imaginaba que iba a levantar tanto revuelo", ha explicado este miércoles en su entrevista con Carlos Herrera en Cope.

Al mismo tiempo, ha asegurado que algunas informaciones que se han filtrado sobre él y la novia no se corresponden con la realidad: "Desde que saltó la noticia, se han dicho muchas cosas que la mayoría no son ciertas". En este sentido, ha apuntado: "Aquí, la única verdad de lo que ha pasado es que Carmen y yo somos dos personas que nos queremos mucho. Teníamos una relación muy buena, veníamos arrastrando una serie de dudas que no fui capaz de resolver".

Así las cosas, admite su responsabilidad y pide perdón a Otte: "Lo asumo y pido perdón. No por la decisión en sí, sino por el momento en el que la tomé". También piensa en los 500 invitados que se quedaron con la boca abierta: "Tomar esa decisión unas horas antes con los invitados ahí... Entiendo el daño que puedas causar. El dolor, pues mira, hubiese tomado la decisión unas horas antes y habría sido lo mismo. No deja de ser una ruptura entre dos personas que se quieren".

Sobre la novia plantada y su familia, tiene palabras de cariño: "Solamente puedo hablar bien de Carmen. Es una mujer 10, extraordinaria, que me ha hecho crecer como persona y torero, al igual que su familia. Siempre me han tratado como un hijo. Y si algo me duele y por algo estoy sufriendo es por haberle hecho daño unas personas que no son responsables de mi decisión".

En cuanto a él, reitera que no se arrepiente lo más mínimo: "Tomé la decisión sabiendo las consecuencias que tenía. Yo lo entiendo así. Un matrimonio es lo suficientemente serio como para hacerlo con dudas. No quería traicionar a Carmen ni a mí mismo".

Remontándose a aquel 2 de diciembre, recuerda cómo fueron las horas previas a plantar a la novia: "Al final es algo que tienes en mente, aquello no fue fruto de un arrebato, me considero una persona templada. Me gusta pensar las cosas, sobre todo las decisiones importantes. Estaba solo en mi habitación. Llamé a Carmen. Luego a mis padres, y luego al cura. Al final era la persona que nos iba a casar".

Sobre la conversación que mantuvo con su entonces prometida, ha dicho: "Pero lo de menos era la boda en esos momentos. Lo que verdaderamente importa es que se termina la relación con una persona a la que quieres".

Y sentencia: "Al contrario de lo que se puede imaginar la gente, la verdad es que nos seguimos manteniendo mucho cariño y respeto y los dos tenemos mucha paz. Al final ha sido algo por lo que hemos peleado mucho".

El torero, que viaja a México la próxima semana y el próximo 10 de febrero toreará en la plaza de Valdemorillo, en Madrid, asegura estar tranquilo con su conciencia: "Lo que me tranquiliza es que tanto Carmen como yo sabemos la verdad de todo. El motivo real es el que te he comentado. Siempre que hemos tenido una situación complicada, siempre hemos encontrado el motivo para seguir luchando por nuestra relación. Al final, el corazón y los sentimientos mandan y eso no se pueden controlar".

Llegados a este punto, los interrogantes sobre si se han reconciliado o lo harán están ahí: "Esa pregunta no te la puedo responder. Carmen es una persona a la que quiero mucho y no me podría perdonar volver a hacerle daño", ha sentenciado, sin aclarar el punto en el que se encuentran en estos momentos.