Dos días después de que la denuncia por presunta agresión sexual del abogado a una prostituta brasileña fuera archivada, Cándido Conde-Pumpido ha visitado De Viernes para ofrecer su versión sobre todo lo sucedido. "Ella quería hacerme daño, si hubiera encontrado un arma lo habría hecho", ha dicho.
Todo comenzó el pasado 19 de octubre. Cuatro días después de dar por finalizada su relación con Lara Dibildos, Cándido Conde-Pumpido acudió a una discoteca con unos amigos y conoció a Aline: "No estaba en mis mejores condiciones después de la ruptura y no quería tener una relación estable con nadie. Ella se dejó una chaqueta en mi casas y pidió volver a vernos para que se la entregase. Una semana después se la entrego. Ahí surge una relación más intensa que no pasa de ser meramente circunstancial. A ella le resulta desquiciante que se hable de mi ex y yo, al darme cuenta, intento tomar distancia". El abogado continúa: "Evitaba verla y cogerle el teléfono. Un día, ella se planta en la puerta de mi casa, se salta la valla y se cuela en el jardín. Viene con comida, me dice que quiere cuidarme pero evidentemente esa no era la intención, lo tenía preparado todo por despecho".
El abogado, que asegura que desconocía a qué se dedicaba Aline, relata lo que sucedió dentro de la casa: "Cuando ella entró había dos amigos en mi salón, uno de ellos se fue inmediatamente porque es repartidor de Glovo y, precisamente, por geolocalización pudo demostrar que no estaba en mi casa cuando ella asegura que yo la ofrecí". Niega que aquella noche tuvieran relaciones sexuales: "Yo estaba ya cansado de escucharla, le pedí que se marchara y ella se ofendió. Yo no quería llevarla a su casa porque no me fiaba de estar en un coche con ella y desperté a mi amigo para que la llevara él. Ella montó en cólera. En ese momento podría haber pasado cualquier cosa según sus antecedentes". Hay que recordar que Aline está acusada de haber acuchillado a un hombre en Brasil, por lo que ha sido detenida.
Finalmente, todo se descontroló: "Ella estaba descontrolada en el jardín, yo salí de la casa por la puerta trasera y ella pide volver a entrar. Como nadie responde, llamó a la policía". A él lo detuvieron en el hospital: "Mi madre estaba preocupada por mí y me pide que vaya a hacerme un chequeo. Allí me detienen. Pasé diez horas en el calabozo". Una experiencia que, asegura, le gustaría no haber vivido: "No me viene mal como abogado. El olor a calabozo es muy particular, te dan una colchoneta, una manta y pasan horas y horas sin posibilidad de comunicarse y sin saber nada más, más allá que la primera llamada que te permiten hacer, que tampoco es muy amplia".
"Ella actuó por despecho"
Conde-Pumpido afirma que las cámaras de seguridad instaladas en su casa fueron su salvación: "Son cámaras de seguridad de grabación por movimiento y están colocadas en lugares de paso. Ella lo sabía y de hecho, en las imágenes se ve cómo les da la espalda. Hay grabaciones en las que se la ve manipulando las bebidas e introduciendo algo en los vasos. Estoy convencido de que me drogó", ha confesado. "Lo que hizo fue algo premeditado. Actuó por despecho, por venganza... No sé".
El abogado se muestra muy dolido por todo lo sucedido: "Me ha tocado demostrar la inocencia de algo que no ha pasado, y es muy complicado. De no haber tenido cámaras en casa no habría podido hacerlo porque la declaración de la víctima prevalece. Es lo que más me duele, el daño que puede hacer una acusación falsa a todas esas mujeres que sí sufren estos delitos".
"Jamás le fui infiel a Lara Dibildos"
El momento más amable y emotivo de la entrevista lo ha protagonizado Lara Dibildos. Conde-Pumpido salió con ella durante siete meses y rompieron apenas cuatro días antes de que Cándido conociera a Aline. La brasileña, de hecho, aseguró que él había alternado ambas relaciones: "Es mentira. Lara no tuvo duda en ningún momento de que esas relaciones no se solaparon porque estábamos 24 horas juntos, no hubo oportunidad de que hubiera terceras personas".
"Yo le tengo mucho cariño a Lara", ha confesado el letrado. "Le agradeceré siempre que me devolviera las ganas de volver a tener una relación, porque mi divorcio me dejó en estado depresivo. Ella ha estado en momentos muy complicados". Eso sí, cierra la puerta a una posible reconciliación: "Adoro a Lara y la quiero mucho, pero nuestra relación ha pasado a otro plano, aunque no quiero que salga de mi vida. No hay posibilidad de reconciliarnos, ella no se lo plantea después de lo que ha pasado y yo no quiero hacerle mal, una relación pública conmigo no le aportaría nada bueno".