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Isabel Preysler cambia el amor ya olvidado de Vargas Llosa por la calidez de los besos de sus nietos

Desde que rompió su relación con Mario Vargas Llosa haceun año, Isabel Preysler libró una guerra con su último novio conocido, llegando a lanzarle dardos tanto a campo abierto como por debajo de la mesa, filtrando declaraciones y hasta documentos como aquella carta de Patricia Llosa que publicó Abc y que tanto dio que hablar.

Ahora, días después de sus últimos dardos contra el Nobel, cuando dijo que no le había dolido nada su ruptura, la madre de Tamara Falcó ha confesado que lo último en lo que piensa en estos momentos es volver a enamorarse, ya que, a sus 72 años, lo único que quiere es disfrutar de sus hijos y sus nietos que, lo que, en sus propias palabras, es lo que "más feliz" le hace.

Hemos sido sido testigos de excepción de la especial relación que mantiene con los dos miembros más pequeños de su gran familia: sus nietos Miguel y Mateo, hijos de Ana Boyer y Fernando Verdasco (que esperan su tercer hijo para la próxima primavera), con los que la vimos en el aeropuerto de Madrid.

Minutos antes de poner rumbo a Miami para celebrar las Navidades con todos sus hijos en la mansión de Chabeli Iglesias en la ciudad estadounidense, Isabel llegaba a la terminal 'premium' de Barajas, evitando así facturar su equipaje y hacer cola para pasar el control de seguridad como el resto de los mortales, con Tamara Falcó e Íñigo Onieva.

Fue entonces cuando protagonizó el cariñoso reencuentro con los pequeños Miguel y Mateo, de 4 y 3 años, que al ver a su abuela salieron corriendo emocionados. La socialité se ha puso en cluquillas para abrazar a sus nietos y colmarlos de besos ante la divertida mirada de Íñigo Onieva, que no perdía detalle de la escena.

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