Pocos apostaban por una reconciliación de Tamara Falcó e Íñigo Onieva debido al vídeo del empresario madrileño besando a otra mujer en el famoso festival Burning Man de Nevada. La marquesa de Griñón se mostró muy contundente con él tras romper el compromiso pero finalmente le perdonó en una reconciliación que se consumó a principios de 2023. La boda llegó el 8 de julio, convirtiéndose en el gran acontecimiento social del año.
Íñigo jugó todas sus cartas para lograr el perdón de Tamara, tanto es así que se tragó la Misa del Gallo de Nochebuena entera por ella. A Tamara se le gana por la religión y él bien que lo sabía. Semanas antes, a finales de noviembre del año pasado, también compartieron una reunión nocturna que se alargó durante horas, y en la que comenzaron a sentar las bases de la segunda oportunidad que finalmente se dieron. Nada se interpuso entre ellos, ni si quiera el acercamiento de la hija de Carlos Falcó a Hugo Arévalo, amigo de los dos, que se convirtió en su paño de lágrimas tras su ruptura con el empresario.
La reconciliación de Tamara e Íñigo, no obstante, no se hizo oficial hasta pasadas las doce de la noche del 31 de diciembre, cuando tras comerse las doce uvas, Íñigo se presentó en casa de Isabel Preysler para pasar los primeros minutos del nuevo año junto a su enamorada y sus familiares. Eso sí, la reina de corazones no estaba presente puesto que puso rumbo a Miami para despedir el año. Ya con todas las cartas sobre la mesa, el compromiso retomado y un viaje de enamorados al Polo Norte, volvieron a la carga con los preparativos de la boda, que en un principio se iba a celebrar el 17 de junio, aunque se acabó retrasando al 8 de julio debido al embarazo de Isabelle Junot, una de las mejores amigas de Tami y esposa de Álvaro Falcó.
Un camino de piedras
A tan solo dos meses de la boda, las responsables de Sophie et Voilà, la firma bilbaina que le iba a diseñar el vestido, estallaron y anunciaron que rompían lazos profesionales con Tamara. Aseguraron que la hermana de Enrique Iglesias quería inspirarse demasiado en otra firma de Alta Costura y esto no encajaba con su ética profesional. Falcó se vio en un apuro, pero no le faltaron 'pretendientes' que quisieran diseñar su vestido. Todas las firmas eran conscientes de lo que suponía vestir a la gallina de los huevos de oro en su gran día, y finalmente fue Carolina Herrera la elegida. Llegaron entonces los viajes de la marquesa a Nueva York para las pruebas del vestido de sus sueños.
A la angustia por el vestido se sumó el robo de las joyas de algunas invitadas apenas unos días antes de la boda y otro incidente que conocimos después: "Me dijeron que el camión que transportaba mis zapatos de novia desde Valencia había explotado, incinerándose el 65% del transporte, y ahí estaban los míos", explicó ella misma en El Hormiguero, reconociendo que llegar hasta el gran día "fue toda un carrera de obstáculos". De lo que nunca habló fue de la otra tempestad que se desató apenas una semana antes del "sí, quiero" con las palabras de la mujer policía que dijo haber tenido algo con Onieva en marzo del año pasado. Onieva sí dio explicaciones y deslizó que era una historia pasada e incluso perdonada por su prometida... Y sí, finalmente se casaron...
La gran boda
Finalmente y contra todo pronóstico todo estaba listo el 8 de julio en El Rincón, la finca que Tamara heredó de su padre, para que los novios se dieran el 'sí, quiero'. La boda se protegió a cal y canto debido a la exclusiva millonaria que los novios vendieron a la revista de cabecera de Tami. El vestido nupcial de Tamara finalmente defraudó en redes sociales y no consiguió el aprobado. Demasiado tradicional, o sea, como es ella.
El camisón con el que se preparó para la boda tampoco pasó el corte, aunque el vestido de fiesta lazado que eligió para poner el broche de oro a la noche fue un gran acierto. (Fotografías: @tamara_falco Instagram).
Entre los 400 invitados se encontraban los compañeros de Tamara en El Hormiguero. Todos se quedaron con la boca abierta cuando la sotana del cura comenzó a arder antes del "sí, quiero", protagonizando una de las grandes anécdotas de la noche. "Mi suegra [Carolina Molas] mandó a mi cuñada [Alejandra Onieva]a apagarlo", confesó Tamara entre risas.
Un día antes también se celebró la preboda en el Ritz y esta acabó con un beso de película de los novios a las puertas del hotel. El domingo, en plena resaca, también celebraron un brunch con sus familiares y amigos más cercanos.
La luna de miel... y las vacaciones
Después llegó la luna de miel de los recién estrenados como marido y mujer por Sudáfrica, que se vio empañada por la repentina muerte de Marta Chávarri, madre de Álvaro Falcó, el 21 de julio. Tamara no pospuso su luna de miel para estar al lado de su primo, aunque le brindó todo su apoyo desde la distancia. Sí estuvo junto a él en la misa celebrada en octubre en su recuerdo.
Tras volver de luna de miel se fueron de vacaciones, pues Tamara ya explicó que una cosa es la luna de miel y otra las vacaciones. En lugares como París, Roma, Ibiza o Sotogrande han llamado a la cigüeña, que por el momento se hace de rogar. En noviembre también estuvieron de viaje por Costa Amalfitana. Todo mientras las reformas del ático que la hija de la reina de corazones compró sobre plano en 2020 llegaban a su fin.
En la recta final del año, la hija de la reina de corazones sorprendió con un fabuloso reportaje desde la vivienda de Puerta de Hierro. Hay que recordar que poco antes la criticó, protagonizando un enfrentamiento con el arquitecto de los famosos, Joaquín Torres, y no dejando en buen lugar a la promotora inmobiliaria que tanto había promocionado anteriormente.
