Ni Kiko Rivera, ni Isa, ni Anabel si quiera. La tonadillera ha cerrado las puertas de Cantora a cal y canto y ha bloqueado su teléfono y sus redes sociales. Isabel Pantoja se ha deshecho de los pocos vínculos que aún le quedaban con el exterior y ha roto, incluso, con sus amigos más cercanos. Todo por prescripción médica: "Se ha desconectado de todo y de todos, necesita descansar y cuidarse".
La cantante arrastra problemas anímicos desde hace años, no solo por la complicada relación con sus hijos y la muerte de su madre sino también por sus deudas con Hacienda y su entrada en prisión. "Acude a un especialista por un problema serio, un problema acumulativo. Ella no ha terminado de encontrar su sitio ni encontrarse bien desde que salió de prisión", han contado este viernes en YAS.
Una situación de la que ya habíamos dado cuenta y que alcanzó el clímax el año pasado, cuando Kiko Rivera la echó del hospital tras sufrir un infarto. "A partir de ahí hay un declive anímico que Isabel no ha superado jamás. La familia está completamente rota, no solo su relación con sus hijos sino también con sus nietos, y a ella le ha destrozado".
Así las cosas, los médicos han aconsejado a Isabel Pantoja que se aleje por un tiempo de todo lo que le daña y se centre únicamente en ella y en su trabajo, algo a lo que no puede renunciar, pues debe pagar su deuda con el fisco: "Debe más de dos millones de euros", han asegurado. Está cuidándose para llegar perfecta a su próximo concierto, en Barcelona el 30 de diciembre, y el único que está a su lado es su hermano Agustín.
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