La ruptura de Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa no fue una broma aunque el calendario marcaba un 28 de diciembre cuando la mamá de Tamara Falcó contraprogramó a su hija desde el kiosco aquel último miércoles de 2022 con otra de sus sonadas exclusivas.
Diez meses después de aquella portada de Hola, la marquesa de Griñón no solo ha perdonado al fiestero Íñigo Onieva sino que se ha casado con él, en una boda pagada que vimos en el mismo semanario en que la suegra del festivalero contaba el final de sus ocho años con el premio Nobel de Literatura.
El germen de aquella ruptura entre Vargas Llosa y Preysler fue adelantada meses antes por la revista Semana, cuando sus reporteros cazaron al peruano viviendo ya fuera de Villa Meona, aunque la viuda de Miguel Boyer decidió que su noviazgo con el autor de Travesuras de la Niña Mala terminaría para el gran público cuando ella decidiera que la revista Hola lo publicara.
El escritor y su amante no terminaron de forma amistosa ni desde prometiéndose cariño por los buenos momentos vividos. De hecho, por ambas partes hubo dardos envenenados. La mamá de Enrique Iglesias se despachó aireando cartas y ciertos detalles escabrosos del escritor y los hijos del Nobel arremetieron tan duramente contra Isabel que incluso Julio Iglesias se marcó una portada dando la cara por ella, en Hola, por supuesto.
Meses después las espadas siguen en alto y, aunque las indirectas públicas no son tan barriobajeras, en privado se respira resquemor. Tanto es así que tras publicar Vargas Llosa su último libro, titulado Te dedico mi silencio, y decir que a quien se lo dedica es a su mujer, Patricia Llosa, Isabel "se ha partido de risa", según han comentado algunas de sus amigas.
"Isabel se partió de risa cuando escuchó decir que el libro estaba dedicado a Patricia. ¡Ese libro lo escribió en su casa en los tres últimos años de su relación! Ellos hablaban de este libro. Incluso describe episodios personales de ellos dos. Le resulta supergracioso, incluso de falta de respeto hacia Patricia, que ahora diga que ese libro está dedicado a la madre de sus hijos", nos apuntan.
"Álvaro, Gonzalo y Morgana siempre han estado en contra de Preysler y de esa relación y en ningún momento dejaron de meter cizaña hasta que consiguieron que rompieran. Pero resulta ridículo que hagan estas cosas y quieran hacer ver lo que no es", dicen. "Son ellos los que quedan en evidencia", sentencian.
Preysler ya ha pasado página y vive centrada en sus hijos; viaja a menudo a Estados Unidos a ver a Chábeli y Enrique, y convive con Tamara e Íñigo en su casa de Puerta de Hierro desde que se casaron, aunque ya se marchan a su ático, que está muy cerca. Ana Boyer vive en los Emiratos Árabes con Verdasco y sus hijos, pero visita a su madre a menudo y se aloja en su casa cuando está en la capital.
Compuesta y sin novio
Sin embargo, no es nada habitual que Isabel Preysler esté sin novio. A sus 72 años, se encuentra por primera vez casi desde que la conocemos sin nadie que ocupe su corazón (aparte de hijos y nietos) y para ella es una situación nueva, pues siempre ha tenido a un hombre a su lado. A principios de 2023 insinuaron que podría estar viendo a una nueva persona, pero enseguida lo negaron.
En 2015 se dio a conocer que Isabel y Mario mantenían una relación. Ella había enviudado de Miguel Boyer unos meses antes y él acaba de celebrar los 50 años de matrimonio con Patricia Llosa, su fiel compañera. Pero unas fotos del Nobel y Preysler untos unos días después de esa celebración destapó esa relación e hizo saltar todo por los aires. Desde ese momento empezaron a convivir. Al principio tuvieron que soportar muchas críticas, aunque él se empeñó en repetir que su matrimonio estaba acabado mucho antes, pero después todo se normalizó, excepto con los hijos del escritor, que nunca llegaron a comprender a su padre.
Isabel y Mario acudían a fiestas, viajaban, salían al Teatro Real, pasaban temporadas en la Buchinger en Marbella, pero tras siete años de intensa relación todo cambió. Mario se empezó a cansar de los compromisos públicos de Isabel y de sus deseos de continuar siendo la reina del corazón. Él adoraba quedarse en casa escribiendo.
Tras muchos meses de rumores e incluso publicaciones asegurando que vivían en casas separadas llegó el comunicado de ella en su revista de cabecera. Ella dijo de Mario que era muy celoso y eso encendió al escritor y, sobre todo, a su familia, que decidió no callarse y arremeter contra Isabel. Ella publicó una carta que le envió Patricia Llosa avisándole de que su marido volvería con ella, que siempre lo había hecho. Y desde entonces hasta ahora. Nunca más han vuelto a hablar, ni han coincidido. El Nobel volvió con su mujer y aunque nunca han confirmado que vuelvan a ser pareja sí se han dejado fotografiar en actos importantes y en familia. Isabel sigue sola, pero ahora con la publicación del libro y la dedicatoria no ha podido dejar de reírse. Ella sabe que Mario es uno de los grandes de la ficción.
