Lejos de lo que algunos puedan pensar, Miguel Ángel Silvestre no es un hombre de ciudad. A pesar de que, por su trabajo, tenga que estar presente en eventos, rodajes y otros compromisos, el actor castellonense se refugia en mitad de un bosque.
El intérprete, de 41 años, vive rodeado de naturaleza, con "servicios muy mínimos" y tirando de lo que cultiva en casa. "Hago autoabastecimiento de muchas cosas", explicó en una entrevista con El mundo, sacando a la luz una faceta de él que era desconocida para el gran público.
Silvestre considera que la naturaleza tiene una fuerza mucho mayor que la vida en la ciudad y el ritmo de vida entendido como estándar. "La naturaleza es mucho más brusca, un jabalí es mucho más brusco que todo eso", expresó.
El artista asegura que este estilo de vida lo define muy bien, porque cumple con los valores con los que creció antes de saltar a la fama. Le gusta vivir tranquilo y conectado con el entorno: "Simplemente es quien soy. Yo soy un hortelano valenciano, siempre lo he sido y siempre lo seré".
El intérprete recopila en su perfil de Instagram, donde reúne más de cuatro millones de seguidores, algunas publicaciones en las que se le ve disfrutar de la naturaleza. Una muestra de ello es un post donde aparece bañándose en el balneario natural de Montanejos, conocido como Font dels Banys.
En más de una ocasión el actor ha presumido de sus raíces y, en concreto, de los paisajes de la provincia de Castellón, que cuenta con pueblos como Fanzara o Villafamés.