Tamara Falcó cumple 42 años en menos de un mes y puede que cuando celebre su primer aniversario de casada ya esté viviendo en su casoplón cercano a Puerta de Hierro. La cuestión es que podemos asegurar en primicia que la marquesa de Griñón ha dado marcha atrás y se arrepiente de los últimos comentarios sobre su ático. Hace dos días aseguró que el piso de 170 metros que compró hace hace casi dos años, al lado de la mansión de su madre, una de las mejores zonas residenciales de Madrid, no era su mejor casa y tampoco le gustaba demasiado.
Su nuevo hogar de recién casada, que estrenará si no para su cumpleaños, con toda seguridad antes de Navidad, está diseñado por el arquitecto Joaquín Torres, por encargo de la constructora Kronos Homes. Se trata de un edificio moderno, luminoso, de materiales de la mejor calidad, tecnología avanzada, terrazas privadas con piscina y que cuenta con jardines y zonas comunes de alto standing.
El célebre arquitecto, responsable de la creación de La Finca, donde viven o han vivido celebridades como Cristiano Ronaldo o Luis Alfonso de Borbón, reaccionó al comentario de Tamara aconsejando a la marquesa de Griñón con un "si no le gusta, pues que lo venda". Añadió que ese tipo de casas con enormes cristaleras y diseño de vanguardia no son el tipo de vivienda clásica y convencional a las que Tamara está acostumbrada.
Tamara ha reculado y la tarde del martes envió un mensaje al arquitecto asegurando que sus palabras habían sido malinterpretadas, que le encantaba el piso y que estaba "muy contenta de poder estrenarlo en pocas semanas".
Suelo cambiado y regalado por Porcelanosa
Puestos al habla con Joaquin Torres, el arquitecto nos explica que no se ha sentido ofendido por las opiniones de Tamara, ya que él ha construido para la empresa Kronos según su estilo habitual y deberían ser ellos quienes se enfadaran por los comentarios, puesto que le han dado unas facilidades excepcionales a la hija de Carlos Falcó para que remodelara el piso a su gusto. Tamara ha hecho dos reformas y cambió el suelo, regalado por Porcelanosa, entre otras modificaciones.
Lo cierto es que la esposa de Íñigo Onieva tenía un acuerdo con Kronos para promocionar la empresa como imagen de la inmobiliaria, un trato por el que le permitían hacer toda clase de modificaciones a su gusto, con tabiques y materiales. También se dijo que además le hicieron una rebaja sustancial en el precio de la vivienda.
De confirmarse esta rebaja, en el momento que Tamara vendiera el piso, a precio de mercado, haría un negocio redondo, un auténtico pelotazo. ¿Aspira la aristócrata a un piso aún mejor? Lo que comentan quienes conocen bien a otros residentes en el edificio es que son unos pisos estupendos, que fueron vendidos casi en su totalidad cuando todavía no se habían empezado a construir, la mayoría cuando Tamara aún no existía como futura compradora.
Koplowitz y Villar Mir como vecinos
Hay propietarios y residentes que son nietos del empresario Villar Mir y también hay algún Koplowitz. A algunos, sus riquísimos familiares les han regalado parte o toda la vivienda, porque viven (como Isabel Preysler) en la vecina Puerta de Hierro y quieren tenerlos cerca y que al mismo tiempo sean independientes y disfruten de lujo y comodidad.
