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Meryl Streep se separa de su marido tras 45 años de matrimonio y después de seis sin vivir juntos

Meryl Streep enamoró a todo Oviedo desde que llegó el pasado jueves a Asturias para recoger su Princesa de Asturias. Los vecinos y fans le tiraban besos y la acribillaban a fotos. A su llegada al Teatro Campoamor, levantó aplausos que no terminaban. A sus 74 años, la oscarizadísima actriz de Nueva Jersey, que recibió este viernes su galardón en la categoría de las Artes, ha sido la estrella indiscutible de la 43º edición. Diva del cine y activista incansable de la igualdad, mantuvo encuentros con la reina Letizia y sus hijas, Leonor y Sofía.

Con sus tres Oscar, por Kramer contra KramerLa decisión de Sophie y La dama de hierro, y una carrera planetaria de éxitos (Los Puentes de Madison Mamma mia!), la protagonista de Memorias de África mostró una humildad inusitada, una cercanía sorprendente, alzaba su distinción al aire con las dos manos y daba las gracias con el corazón. Estaba emocionada y entregada. Tal vez por dentro había otras emociones añadidas a la de recoger el premio más importante que España Otorga y verse tan querida y admirada.

Casi a la vez que Meryl vivía otra de sus noches de premios y gloria en Asturias, un comunicado enviado a la redacción de Page Six, al otro lado del Atlántico, daba a conocer que la actriz acaba de separarse de Don Gummer, su marido desde hace 45 años, aunque sabemos que llevaban seis sin vivir juntos. Streep fue fotografiada por última vez junto con Gummer en la ceremonia de los Oscar de 2018.

La ruptura no ha sido tormentosa, hasta donde se sabe, y han dicho que 'siempre se cuidarán' el uno al otro. Se casaron en 1978 y tienen cuatro hijos en común (Henry, 43, Mamie, 40, Grace, 37 y Louisa Jacobson, 30) y cinco nietos. Un portavoz asegura que la actriz de El diablo viste de Prada, y el escultor, de 76, "han estado separados más de 6 años, y aunque siempre se cuidarán el uno al otro, han elegido vidas. aparte". 

Se conocieron gracias al hermano de Meryl en 1978, y se dieron el 'sí, quiero' ese mismo año en septiembre durante una ceremonia romántica en el jardín de la casa de los padres de la actriz.

Seis meses antes de casarse, Meryl vivió la que seguramente es la peor tragedia de su vida: el fallecimiento de su novio y compañero actor, John Cazale, el inolvidable Fredo Corleone de El Padrino, hijo de Marlos Brando y hermano de Al Pacino, en marzo de 1978 a causa de un cáncer de pulmón. Un año después de su muerte, Meryl dijo: "La muerte todavía está conmigo". Me ha obligado a afrontar mi propia mortalidad y, una vez que lo haces, ves las cosas de otra manera".

Tras su muerte, la actriz tuvo que mudarse del apartamento que había compartido con Cazale y recibió ayuda de su hermano y de uno de sus amigos, que resultó ser Gummer. Primero fueron amigos y la amistad se tornó en amor. Durante el transcurso de su matrimonio, Meryl y Gummer, quien tiene, escultor licenciado en Artes por la Universidad de Yale, tuvieron y criaron a cuatro hijos que les han dado cinco nietos.

Hace 20 años, Meryl dijo que el secreto de su matrimonio duradero era "la buena voluntad y la voluntad de ceder y callarse de vez en cuando". "No existe una hoja de ruta sobre cómo formar una familia: siempre es una negociación enorme", declaró.

En 2012, cuando Meryl recogió su Oscar por interpretar a Margaret Thatcher, mencionó a su marido: "Voy a agradecérselo a Don porque cuando le agradeces a tu esposo al final del discurso, lo interpretan con música, y quiero que sepa que todo lo que más valoro en nuestras vidas, tú me lo has dado".

Además de la casa de Connecticut donde vivieron y criaron a sus hijos, el matrimonio tenía un loft en el vecindario de Tribeca (Manhattan) en Nueva York hasta que se vendió en 2020 por casi 16 millones de euros. Después la actriz compró una casa en Pasadena (California) por 4 millones de dólares.

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