La Fiscalía pidió condenar a la ex tenista Arantxa Sánchez Vicario y a su exmarido, Josep Santacana, a cuatro años de prisión por un presunto delito de alzamiento de bienes al supuestamente ocultar su patrimonio a través de un testaferro para evitar pagar al Banco de Luxemburgo una deuda de 7,5 millones de euros. Este próximo martes 12 de septiembre arranca el juicio contra ambos. Se prolongará hasta el viernes 15.
Tres días antes de que arranque el proceso, la campeona de tres Roland Garros ha dicho en El País: "Rezo a menudo. Y voy a poner una vela para que esto salga bien". Asegura que su prioridad son sus hijos. "Mi vida está volcada en ellos. Lo son todo para mí, son lo que me hace seguir adelante". La mayor, que se llama como ella, tiene ya 14 años. El menor, Leo, 11.
La ex tenista se reafirma y culpa a su ex marido, al padre de sus hijos, de su desgracia económica: "Estaba enamorada. Confié en mi exmarido y me he visto inmersa en esta situación. Mi error, como he dicho otras veces, fue enamorarme. Confié en la persona que tenía al lado, en mi marido, y me la jugó. No voy a tirar la toalla. No lo hice en la pista y no lo haré ahora".
A continuación, ha sorprendido al desvelar que le pide ayuda a sus amigos: "Doy clases particulares de tenis y, en ocasiones, me contratan para ayudar en la organización de torneos, o como comentarista. Estoy haciendo un esfuerzo económico brutal, que seguiré haciendo toda mi vida. Saco adelante a mis hijos gracias, también, al dinero que me dejan los amigos. Con eso voy tirando".
Arantxa, que podría llegar a un acuerdo con la fiscalía para evitar una posible entrada a prisión, ya presentó un escrito ante el juez en 2021 para defenderse y señalar a Josep Santacana como el manipulador que le había convencido de ocultar sus bienes, y que además había dilapidado su fortuna. En este sentido, el fiscal detalla que la tenista actuó "bajo las consignas de su marido" una vez se le notificó la reclamación de la deuda en julio de 2010.
Su marido también presentó un escrito en el que se quita culpa y rechazó haber sido administrador de la fortuna. Alegó que solo cobró unos cheques, alguna exclusiva de la prensa del corazón y enseñó una de sus casas a una inmobiliaria; también llegó a asegurar que su mujer tenía todavía la "pasta" en Suiza.
El proceso de su divorcio también sigue todavía sin resolverse. La campeona del tenis y el empresario todavía no han llegado a un acuerdo legal, llevan cinco años sin firmar los papeles de divorcio y no queda nada positivo de su relación. Sus pleitos continúan abiertos y no han encontrado todavía solución ni en Miami ni en España.
