Su paso por el Festival de Venecia ha vuelto a cargar las tintas de la polémica. Pesa sobre sus hombros el señalamiento por abusos a su hija adoptiva Dylan. Ahora Woody Allen sirve en bandeja unas declaraciones que son una bomba atómica mediática. El cineasta defiende a Luis Rubiales por el beso no consentido a Jenni Hermoso. Era lo que le faltaba. "No se escondieron ni la besó en un callejón oscuro. No la estaba violando, era solo un beso y era una amiga". Son palabras de una entrevista que Allen ha concedido a El Mundo.
Presenta Woddy Allen en la Mostra de Venecia su nueva película número 50: Golpe de suerte. La ciudad de los canales alberga la 80º del Festival de Cine, que se ha convertido en una cita impredecible por la huelga de Hollywood y, ahora más aún, por las inexplicables declaraciones del realizador. "No sé si leyó lo que salió en la portada del New York Times", arrancó el periodista de El Mundo. Y Allen entró de lleno en el debate. Esta es su opinión: "Lo primero que pensé es que no se escondieron ni la besó en un callejón oscuro. No la estaba violando, era solo un beso y era una amiga. ¿Qué hay de malo en eso?" Y añadió: "En la primera información no sabíamos si la mujer se apartó y le dijo: 'No hagas eso'".
El director de Blue Jasmine, Café Society o A Roma con amor, prosiguió su argumento: "Como ciudadano medio, estuvo mal. Hizo algo incorrecto, pero no fue como si hubiera quemado un colegio". Esta opinión es una disculpa en toda regla al gesto de Rubiales, un detalle fuera de lugar que, según él, se solucionaría con un sencillo perdón, como "pedir disculpas y asegurar que no lo volverá a hacer. Y hecho eso, seguir los dos adelante", ha zanjado en el mencionado periódico.