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Hablan los presos de Koh Samui: "Daniel Sancho está muy mal, no para de llorar"

Llegan nuevas contradicciones desde Tailandia. Después de que Big Joke 'troleara' a los medios de comunicación asegurando que Daniel Sancho jamás había estado en la prisión de Koh Samui sino en Surat Thani, ahora es el director de la primera el que queda en evidencia. ¿El motivo? Watcharapong Boonsaior ha manifestado casi a diario que el estado anímico del chef "es bueno" pero el resto de presos lo contradicen: "Está muy mal".

Son dos, concretamente, y han hablado para Antena 3 este jueves. Aseguran haber visto a Daniel desde el primer instante en el que entró en Koh Samui: "Los dos primeros días no paró de llorar", afirman. "Estaba muy mal y sigue muy mal", han dicho.

Sus declaraciones no solo contradicen a Boonsaior, sino también a Vicente Cacho, que aseguró que "Daniel no ha llorado todavía". Y aunque podría parecer un dato baladí no lo es para los psiquiatras forenses, pues la frialdad es un rasgo de la psicopatía y tanto la defensa como la acusación podrían utilizarla en el juicio. No parece ser el caso: Daniel sí ha llorado y sigue llorando por el futuro que le espera en Tailandia tras haberse declarado culpable de matar y descuartizar al cirujano colombiano Edwin Arrieta. De hecho, sufrió una crisis de ansiedad durante su primer encuentro con su madre: "Empezó a llorar y no podía parar, hasta el punto de que las autoridades pusieron fin al encuentro antes de tiempo y se lo llevaron para tranquilizarlo", contó Nacho Abad.

El hijo de Rodolfo Sancho ha suplicado a sus padres que hagan todo lo posible por traerlo a España para cumplir la condena, una gesta prácticamente imposible a corto plazo: aunque logren conmutar la pena de muerte por una cadena perpetua, deberá cumplir un tercio de la pena (8 años) en una cárcel tailandesa. Según Boonsaior, se encuentra aislado en el área de enfermería, donde comparte celda con otros cuatro presos y duerme en una colchoneta en el suelo. Practica yoga y deporte suave y lee libros. Además, ha mejorado su alimentación gracias al dinero que depositó su madre en la cárcel y que le permite comprar comida del exterior.

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