La policía tailandesa no la ha interrogado pero su testimonio es clave: ella fue la persona que acompañó a Daniel Sancho a la comisaría para denunciar la desaparición de Edwin Arrieta en Ko Pha Nghan. "Tuve que ayudarle porque sangraba mucho por un dedo. Tenía un corte y me dijo que se lo había hecho abriendo un coco", ha desvelado este lunes.
La joven, que quiere mantener en secreto su identidad, ha hablado este lunes con Espejo Público: "Llevaba unas tiritas y unas medicinas que le habían dado en el hotel", ha contado. Se trata de la misma chica con la que Daniel Sancho almorzó ese día en un restaurante cercano a su bungalow: se habían conocido unas horas antes, pero "no había nada romántico entre nosotros", ha aclarado ella.
"Íbamos a ir juntos a la fiesta de la Luna Llena, pero fuimos a la comisaría primero porque estaba preocupado por su amigo y quería poner una denuncia", ha explicado. "A las dos horas de estar Daniel dentro, un oficial de Policía salió de la comisaría y me dijo que se quedaría detenido y que me fuera a casa. Fue la última vez que lo vi, sin saber de qué lo acusaban".
Daniel Sancho confesó el crimen de Edwin Arrieta hace ya nueve días en Tailandia. Afirmó que su muerte fue fortuita tras golpearlo durante una pelea. Después, lo desmembró en 14 partes y las arrojó al mar y a un vertedero. Según su declaración, el cirujano colombiano lo había amenazado a él y a su familia: "Lo hice para defender mi vida y la de las personas a las que quiero". Este martes será acusado de asesinato premeditado, un delito que en Tailandia se castiga con la pena capital.
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