La modelo no atraviesa su mejor momento pero ha decidido ponerle al mal tiempo buena cara. Lo hace desde Ibiza, su paraíso particular y su refugio desde que el pasado 30 de junio se supo que su hijo mayor, Carlo Costanzia, ha sido condenado a 21 meses de prisión por un delito de fraude continuado.
Arropada por sus hijos más pequeños (Mauro, Bruno, Beltrán y Darío, fruto de su matrimonio con Javier Merino) y por el empresario Elías Sacal, con el que ha retomado su noviazgo tras su última crisis, Mar Flores espera un 'milagro judicial' que evite la entrada a prisión de su hijo, cuyo equipo legal trata por todos los medios de reparar el daño a las víctimas.
Las sesiones de yoga, los paseos en yate y el paddle surf están siendo la mejor medicina para Mar, que ha compartido una reflexión con todos sus seguidores para hacer gala del positivismo: "Celebrando que tenemos salud, que estamos juntos, que somos una gran familia, que nos apoyamos en las buenas y en las malas, y que pese a todo nunca herimos a los nuestros y siempre nos esforzamos en dar nuestra mejor versión a los demás".
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