Como viene siendo habitual, tras la aparente fantástica vida que ofrece ser estrella de Hollywood, hay un trasfondo oscuro, turbio y, sobre todo triste. Ahora ha sido el turno de Tom Holland, quien ha dado un paso al frente para reconocer durante su participación en un famoso podcast norteamericano sus recientes y graves problemas con el alcohol.
En esta ocasión el actor está fuera de todo peligro, no como ha ocurrido desgraciadamente antes con otras celebrities víctimas de las adicciones como lo fueron Whitney Houston o Amy Winehouse, pues Spiderman cuenta su turbia historia de alcoholismo desde la distancia, aunque relativamente reciente.
Tal y como él mismo relata durante su intervención en On purpose de Jay Shetty, Holland ha confesado que tras la Navidad de 2022, en la que "hubo mucha fiesta y mucha borrachera", decidió tomar una decisión radical y definitiva. Y es que, consciente de su grave problema, el artista desde entonces se declara completamente abstemio. Comenzó a dejar de beber justo a comienzos de año, concretamente en enero de 2023.
"Lo único en lo que podía pensar era en tomar una copa. Me dio mucho miedo" ha reconocido. El novio de Zendaya ha explicado así que se planteó seriamente si es que había desarrollado una adicción que tenía que controlar. "Me dije: tal vez tengo un pequeño problema con el alcohol". Consciente del problema, decidió dejar de beber otro mes más. "Sentía que no podía ser sociable. Que no podía ir al bar y tomarme un refresco de limón. No podía salir a cenar. Realmente me estaba costando muchísimo".
El protagonista de Spiderman, consciente así cada vez más de su problema con el alcohol, se propuso un nuevo y desafiante objetivo: pasar seis meses más sin beber ni una gota de bebidas alcohólicas, algo que ha cumplido rigurosamente y de lo que está muy orgulloso. Pasado ese tiempo, el actor ha compartido que "fue más feliz que nunca" porque "podía dormir mejor. Podía manejar mejor los problemas. Las cosas que iban mal en los rodajes, que normalmente me molestarían, podía tomarlas con calma. Tenía mucha más claridad mental. Me sentía más sano, más en forma".
¿Quién le ha ayudado?
"Me alegra decirlo: era sin duda adicto al alcohol. No lo niego en absoluto". Pero para llegar a esta sentencia tan favorable que el propio actor ha compartido, debe lidiar constantemente con demonios y dejarse ayudar por un ángel.
El demonio es la comunidad de rugby, una de las pasiones de Tom, porque es un círculo que gira muy de cerca en torno a la cultura del alcohol, mientras que su ángel de la guarda es su actual novia, la actriz Zendaya. Para Holland, que se siente "afortunado" de tenerla a su lado, habrá sido seguramente una persona clave en su salida de esta adicción en la que cualquiera, trabaje en Hollywood o no, puede caer de lleno.