Julio José Iglesias se está convirtiendo, no sabemos si con el beneplácito o no de Tamara Falcó, en cara visible que responde a todo tipo de preguntas y especulaciones que se hacen de una boda que consiguió, por ejemplo, un gran despliegue en directo de importantes programas de televisión de nuestro país.
Y en el último que ha participado el hermano de la Falcó en TVE, ha dado respuesta a la cuestión más controvertida que no solo han sobrevolado como un fantasma la boda del año, sino que lleva siendo comidilla de la prensa desde casi los inicios de la tumultuosa relación entre Onieva y su hija.
Hablamos de las supuestas desavenencias entre su madre, Isabel Preysler, y Carolina Molas, la de Íñigo. Unos comentarios que tras el sí, quiero han vuelto a coger fuerza y, gracias a Julio José, hemos podido saber si hay algún fundamento que los sostenga realmente.
En primer lugar ha dejado claro que desavenencias como tal no pueden existir porque las suegras no son amigas aunque, desde luego, tengan una relación educada y cordial: "Yo no he escuchado nada malo de mi madre hacia Carolina. Se llevan bien", ha explicado durante su intervención este martes en TVE.
La rotundidad de la escueta versión del hijo de Julio Iglesias, que la apoya todavía más detallando un momento de la boda en el que Isabel y Carolina estuvieron charlando tranquilamente, es también confirmada por la periodista Beatriz Cortázar: "Se han contado muchas fantasías sobre la supuesta tensión entre las consuegras. Se ha llegado a decir que fue un duelo de titanes y no hubo nada de eso, ningún mal rollo" (...) Lleva pidiendo perdón a la familia de su novia desde la infidelidad. Ser la madre de quien pide perdón continuamente es un papel complicado".