Tranquila, muy atendida y acompañada por sus seres más queridos. Así se encuentra en estos momentos Carmen Sevilla, de 92 años, que ingresó en la Fundación Jiménez Díaz en la madrugada del lunes debido a un empeoramiento en su estado de salud. Su hijo, Augusto Algueró, no responde al teléfono ni ha autorizado al hospital a compartir los partes médicos: toda su energía y su atención son para su madre.
Los amigos de la mítica presentadora también están a su lado: "Todo lo que puedo decir es que todos estamos a su alrededor", ha dicho Moncho Ferrer en Antena 3. Él es el único que ha podido visitarla estos años en la exclusiva residencia en la que ingresó cuando su enfermedad (Alzheimer) ya le impedía valerse por sí misma. Se alejó entonces del foco mediático y su hijo quiso que pasara estos últimos años en la más absoluta tranquilidad. Algo que no todos entendieron, pero que otros amigos de la familia respetaron profundamente: "Nadie mejor que su hijo para tomar decisiones por ella cuando ya no podía", ha dicho Agustín Bravo.
El que fuera compañeros de la presentadora en el Telecupón ha desvelado: "Augusto no va a hablar con nadie. Él dejó muy claro, cuando Carmen es ingresada en la residencia, que quería que su madre estuviera tranquila. Él no sido participe nunca de la prensa, lo hacía como favor a su madre. Él mostraba su mejor cara, pero esa no era 'su cara', lo hacía por ella". Y ha añadido: "Le he escrito, pero está desaparecido y no contesta".
