Ha marcado distancias con los medios de comunicación desde el primer día y se negó a participar en la exclusiva que la marquesa de Griñón negocia con su revista de cabecera para inmortalizar su gran día con Iñigo Onieva. Sin embargo, los ruegos de los novios han dado sus frutos y Carolina Molas, finalmente, ha claudicado: participará en el reportaje fotográfico.
No lo hace de buen grado, pero sabe que no le queda otra opción si quiere disfrutar del evento sin tensión ni temor a las cámaras. Eso sí, esta participación será una excepción, porque Molas apuesta por una vida alejada del foco mediático a pesar de ser la consuegra de Isabel Preysler: "No cobrará nada, lo hará de manera puntual y no volverá a hacerlo. Lo ha dejado claro", han dicho en YAS.
La boda será el próximo 8 de julio en El Rincón (Aldea del Fresno), la magnífica construcción que el fallecido marqués de Griñón dejó a sus hijos y de la que ahora se hacen cargo Manuel y Tamara Falcó. El palacio no pasa por su mejor momento y necesita una reforma integral de la que ninguno puede hacerse cargo ahora, por lo que solo se han habilitado los jardines para celebrar el enlace. Carpas, mesas, escenario para una banda en directo y un menú por Eneko Atxa (cinco estrellas Michelin) para 200 invitados.
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