Si de aquí al domingo no cambian las cosas, María Teresa Campos pasará un 82 cumpleaños sin pena ni gloria, nada que ver con esas grandes fiestas con gente de la tele y la cultura que la acompañaban y esos posados que, juntos con sus hijas, atraían a toda la prensa del corazón.
Este año nada. Ni una reducida celebración íntima con sus dos hijas ni con Gustavo, su chófer y fiel mano derecha, que este año no estará junto a la matriarca en su día más especial, según adelanta Ok Diario. El segundo porque este domingo no trabaja para ella, y las primeras porque la mala relación que hay entre Terelu y Carmen no contribuye, desde luego, a que la familia se junte en reuniones familiares.
Esto no significa que la veterana comunicadora pase su 82 cumpleaños completamente sola y abandonada. Si finalmente no va Gustavo, estará igualmente acompañada por las dos chicas que cuidan de ella día y noche, una fija y otra en rotación. Y si sus hijas tampoco cambian de opinión y entierran el hacha de guerra para ver feliz a su madre en un día tan especial, todo parece indicar que solo irá a visitarla Terelu. Y es que los fines de semana así se turnan: Carmen Borrego suele ir a comer a casa de su madre los sábados, mientras que la menor de las Campos lo hace al día siguiente.
Estado de salud 'estacionario'
Las guerras familiares influyen para anular la celebración de este cumpleaños y posiblemente también todos los que vengan, pero sobre todo es su delicado estado de salud el que le impide participar en cualquier evento social. Aunque los últimos chequeos a los que se le ha sometido han salido bien, y eso que está excesivamente delgada, hay que tener en cuenta que el importante deterioro cognitivo que sufre desde hace ya un tiempo podría manifestarse rápidamente mediante diferentes trastornos relacionados con el pensamiento, la memoria o la toma de decisiones, entre otras cosas.