Fabiola es una mujer nueva. Hace ya dos años y medio, en plena pandemia, que se separó de Bertín Osborne. Fuerte, temperamental y de carácter, Fabiola reclama su sitio en la escena pública, más allá de ser la ex del presentador. Hace solo unos días le reprochó que hablara de su nueva novia, Gabriela Guillén, y deslizara aquello de que "nunca" había estado enamorado. La venezolana, que tiene dos hijos con él (Carlos y Kike), no daba crédito. "A Bertín se le fue la pinza", ha dicho en una entrevista a la revista Lecturas. Va más allá y deja caer que durante sus años de matrimonio con el artista, la "sombra" de la infidelidad "siempre estuvo ahí".
La venezolana echa la vista atrás y recuerda en la publicación oscuros episodios de juventud, como una relación pasada que tuvo con un hombre de adicciones "al alcohol y las drogas". Recibió amenazas de muerte. "Yo sabía que era capaz de hacerlo. Cambié la cerradura de mi casa... Me insultaba y dijo que me iba a matar. No me pegó, pero no me cogió por el cuello". En esos momentos de miedo, se hizo fuerte: "Cogí mis cosas y huí de madrugada", relata a la revista. Fabiola supo después que ese hombre, que tenía varios hijos con diferentes mujeres, había recibido una denuncia por abusos a una de sus hijas. Un drama que la propia Fabiola pudo haber vivido en su adolescencia: "Me podría haber pasado a mí porque había una persona que estaba obsesionada conmigo". Prosigue en la revista: "Yo era muy delgada y muy alta. Me molestaban mucho y en muchas situaciones tuve que aprender a defenderme".
"Siempre me han gustado los malotes... Por eso pensé que Bertín era el equilibrio. Un tío sanote, buena persona y familiar. Pero tampoco funcionó". Las palabras de su ex cuando reveló que "nunca" había estado enamorado provocaron que Fabiola se revolviera por dentro: "¿Y qué les decimos a nuestros hijos, que no son fruto del amor?"