La marquesa de Griñón ha acudido este jueves a El Hormiguero y ha hablado largo y tendido sobre la polémica de la semana: su abrupta ruptura laboral con Sophie et voilà, la firma vasca que estaba confeccionando su vestido de novia. Dolida por las críticas e insinuaciones que le han dirigido desde el entorno de la firma, ha afirmado tajante: "Yo no soy una persona difícil, no es difícil trabajar conmigo. Llevo años con firmas como Sisley o Tous, me gusta trabajar en equipo y dar mis opiniones, pero no me voy a casar con un vestido que no me gusta".
Tamara Falcó, que ha sido tildada de "caprichosa" y "prepotente", está muy dolida con todo lo sucedido: "Se han dicho cosas horribles que están en manos de mis abogados". Y ha aclarado que su acuerdo comercial con Sophie et voilà, por el que iba a cobrar 150.000 euros, no se limitaba al look nupcial: "Yo tenía un contrato laboral con la marca, cobraba por una serie de trabajos, no solo por el vestido de novia, pero mis abogados pusieron una cláusula en la que dejaba claro que si no me gustaba el vestido, no me lo iba a poner".
La hija de Isabel Preysler ha contado que la colaboración empezó bien pero se torció cuando ella habló del vestido de Chanel que le había servido de inspiración: "Dije aquí que me había inspirado y esa palabra no les gustó. Me dijeron que no tenía que haber dicho eso y se pusieron muy nerviosas". Después de aquello, todo dio un giro: "Me cambiaron el vestido en la segunda prueba, me pusieron unos volúmenes y unas cosas que no me gustaban. Cuando salí y mi madre y mi hermana me vieron, hubo silencio total, y eso es muy mala señal". Tamara recuerda: "La cosa se complicó, fue todo muy crudo, muy desagradable y yo estaba muy triste. Mi abogado me dijo 'Si no te gusta el vestido, se acabó'. Y lo siguiente que sé, es el comunicado de prensa. Podíamos haber terminado muy bien", ha dicho.
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La marquesa le pone al mal tiempo buena cara y se ríe de su mala suerte: "Dicen que mi boda está gafada, no sé... Es verdad que hemos tenido fiebres tifoideas, esguinces, ahora no tengo vestido... Pero todo lo que vale la pena, cuesta", ha dicho entre risas. "No sé nada del vestido nuevo, estoy valorando opciones. Quiero agradecer desde aquí a todos los diseñadores que se han ofrecido para hacérmelo en tan poco tiempo. El proceso de elaboración de un vestido nupcial es largo y complicado pero tendremos que acelerarlo".
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