Tamara Falcó lo ha negado "categóricamente" en Hola, que jamás hubiese pedido a las creadoras de su vestido de novia que copiasen otro: "Una cosa es la copia y otra el trabajo con inspiraciones. Un proceso creativo bebe de muchas fuentes de inspiración y lo que les trasladé fueron mis inspiraciones sin intención de que copiaran un diseño". Así de tajante se ha expresado la marquesa, pero lo cierto es que no convence. A 54 días de su boda, ¿quién compra ese relato?
Su íntimo amigo, y asesor de su look nupcial Juan Avellaneda, ha lanzado sus primeras impresiones ante esta crisis de vestido nupcial: "A ver, es que enterarte por la prensa a dos meses de tu boda de algo así pues es bastante fuerte... Estamos todos alucinando, en shock. Me sabe fatal".
Sobre la parte de que las diseñadores apelan a su ética profesional para no copiar diseños, Juan ha sido cristalino al soltar un "¿Cómo? No me he enterado, pero ¿qué traspasaban su ética profesional?" Se entiende que Tamara quería plagiar otro vestido de otro diseñador, se ha hablado de un Chanel. Ante esto ha respondido con un rotundo "imposible". "Yo como diseñador, algo así es inviable... Todos nos inspiramos de cosas a nivel creativo, pero en ningún momento digo esto porque si no ya me voy directamente a la firma que lo pueda hacer".
Se da la circunstancia de que Juan Avellaneda había visto el vestido de Tamara, pero no ha querido decir ni mú. "Estoy alucinando y me sabe fatal por Tamara porque a menos de dos meses de tu boda te enteras que te quedas sin vestido me parece muy fuerte... He hablado con ella preguntándole que está pasando y me ha dicho que se estaba enterando como yo. No sé, es un poco heavy".