Ana Obregón parecía una buena excusa para probar nuevos formatos que puedan sustituir al Deluxe en la complicada noche de los viernes. Pero el especial presentado por Santi Acosta se pegó un batacazo si tenemos en cuenta que Jorge Javier Vázquez hizo un 12,2 el viernes anterior y la producción respaldada por Santiago Botello (Mandarina) y Álvaro García Pelayo (Kometa) no llegó a los 900.000 espectadores de media, con un share del 9.1%. No olvidemos además que el programa había sido cebado como pocos.
El test realizado por Mediaset ha salido mal al menos en lo que se refiere a datos de cuota de pantalla porque, además Tu cara me suena llegó al 19.3% de share (-0.9 puntos respecto al viernes pasado) y duplicó con creces en número de espectadores a Ana Obregón, llegando a 1.847.000 espectadores, y eso que bajó 240.000 respecto de la media del sábado anterior. El programa que presenta Manel Fuentes dominó el prime time con una ventaja de 10.3 puntos frente al especial de la madre/abuela en la franja de competencia directa (22:30-01:19 horas).
Contenido decepcionante
Más allá de los datos, el contenido del espacio dedicado a Ana Obregón decepcionó respecto a las expectativas que había despertado en las promociones. No se aportó apenas ningún dato nuevo, salvo contadas excepciones, no se plantearon ni abordaron apenas los muchos interrogantes que siguen abiertos, hubo un marcado papanatismo en la postura general a favor de las versiones defendidas por la protagonista y los pocos contertulios que trataron de exponer alguna discrepancia, como Sonia Ferrer o Juan Luis Galiacho, fueron poco menos que apabullados por la línea editorial marcada claramente a favor de Ana Obregón. No en vano, uno de los productores es el dueño de la agencia que vendió a Hola la primera y gran exclusiva de la presentadora, la agencia dirigida por Sandra Aladro, una de las colaboradoras presentes en el plató.
El experimento ha sido terrible para el viernes de Mediaset porque si Tu cara me suena destrozó al especial de Telecinco desde Antena 3, laSexta Columna casi igualó en espectadores a Ana Obregón, quedándose a menos de 100.000 espectadores de distancia, y eso que el segundo canal de Atresmedia emitió un documental sobre Julián Grimau, político comunista fusilado en el franquismo, a priori un contenido mucho menos mainstream que la polémica de la madre de Aless Lequio.
Una reportera del programa destacada en Miami habló con Ana Obregón pero teniendo en cuenta que la presentadora no para de dar declaraciones en revistas y en sus redes sociales, pierden interés y se diluyen por la abundancia. Por mucho que Santi Acosta asegurara que nos iban a contar "la verdadera historia de la exclusiva más importante del año", y que nos iban a dar "certezas", hubo mucho "es posible" y no se buscó el rigor ni la imparcialidad y, por decirlo claramente, la mayoría de los colaboradores se tragaron como buenas e indiscutibles las versiones conocidas dadas por la autora del libro y de las entrevistas, cuyo relato se sostiene exclusivamente en sus propios testimonios.
Ya sabíamos sin necesidad de ver el programa que Ana Obregón está feliz, que se ha quitado el luto, que no tiene mala conciencia por las posibles críticas recibidas, que le importan un bledo, que cuida de su niña, que esteriliza, pone biberones o que está encantada porque se esté vendiendo muy bien el mundo que ha escrito, bajo el título El Chico de las Musarañas. Eso ocupó buena parte del programa. Tampoco es novedad que Ana Obregón no descarte darle un hermanito a Ana Lequio Obregón, cosa que ya dijo en la primera entrevista en Hola.
O sea, cero noticias y poca discrepancia. Patricia Cerezo, la ex mujer de Ramón García, compañero de Ana en las Campanadas de fin de año en muchas ocasiones, se limitó a decir lo obvio, lo que carece por tanto de interés: "Está feliz y encantada". ¡Vaya aportación!
Tampoco Boris Izaguirre, tan amigo de Ana, dijo nada interesante y Antonio Rossi alabó el trabajo del equipo (de la productora que le ha llevado ahí) tachándolo de "fantástico". Rosa Villacastín repitió que la ve feliz. Con ese panorama, lo del 9% se nos hace incluso mucho dato. Otra contertulia de sospechosa parcialidad, como Sandra Aladro (directora de la agencia que hizo la extraordinaria exclusiva y mujer de uno de los productores) añadió: "La felicidad no se puede fingir y la de Ana es real". No le falta razón pero ya lo sabíamos.
Solo hubo algunos intentos, más bien escasos, de aportar algo, como cuando uno de los valientes discrepantes, Juan Luis Galiacho, dijo que estaba "con ganas de saber los muchos interrogantes" que quedan abiertos en este siniestro culebrón. Ana, en la limosna que concedió, se limitó a secundar sus propios testimonios pero sin aportar argumentos que apoyen sus palabras, unas palabras que no han secundado ni el padre de Aless ni la última novia del padre fallecido. "Está todo en el libro", repetía Ana.
Nadie cuestionó a la presentadora cuando dijo que Alessandro Lequio conocerá a la niña "en cuanto lleguemos", cosa que ponemos en duda. O que tiene con el padre de su hijo "una relación estupenda", cuando es evidente que "no hay ninguna" (ni buena ni mala), como dijo el italiano, no refrendando siquiera la afirmación de Ana de hablan "todos los días".
Para colmo, cuando le preguntaron a Ana por Carolina Monje dijo que no sabe "lo que se está diciendo", para añadir: "Me da igual", cuando ha hecho movimientos de aproximación a la joven después de no dirigirse a ella en mucho tiempo con el fin de tener atado ese cabo suelto que puede contaminar su relato, y reconocer que le agradece su silencio. ¿Qué significa que le agradece su silencio? ¿Por qué lo le preguntaron eso? Ana dijo: "Con Carolina me llevo genial", pero lo cierto es que ella reabrió su relación en Semana Santa y la respuesta al comentado y forzado mensaje de Ana por parte de la novia de Aless fue "seca" y "educada". Pero nada más, porque entró en shock al ver lo que le había escrito su ex 'suegra' después de tenérselas desde antes de fallecer Aless.
"Lo que ha hecho Ana lo ha hecho mucha gente lo que ocurre es que ella es mujer" (¿En serio?)
Hubo un espectáculo de palmeros que repetían cosas de esas que salen baratas de decir pero que aburren: "He terminado el libro y he llorado", dijo por ejemplo Rosa Villacastín. "Lo que ha hecho Ana lo ha hecho mucha gente lo que ocurre es que ella es mujer", espetó a una audiencia que debió flipar al escuchar que "mucha gente" ha sido abuela con el semen de su hijo tres años después de muerto. ¿Mucha gente? Si Villacastín se refería a que "mucha gente" ha traído bebés por gestación subrogada podía haberse ahorrado la obviedad. Y si se refería a que es normal al caso concreto de Ana, entonces insultó a la inteligencia de los pocos espectadores que la vieron.
Al menos, Sonia Ferrer puso sentido común y preguntó por Alessandro Lequio y su llamativa actitud. "Si está al tanto de la ultima voluntad de su hijo, y hay buen entendimiento no entiendo por qué actúa así", dijo la presentadora. "Empatizamos porque tiene que ser lo peor del mundo perder a tu hijo, pero hay cosas que se la pueden reprochar: no se ha interesado por el proceso del nacimiento y cuando te preocupa algo así, si hace falta mientes, pero ella dijo que no quiso saber si ha sido parto natural o cesárea", recordó Ferrer.
"Es lógico que quiera darle un hermanito"
En un momento de paroxismo filo-obregoniano, un periodista tan ponderado y riguroso como Antonio Rossi llegó a decir algo absolutamente inaudito: Recalcó con insistencia que posiblemente venga un hermano y dijo, literalmente: "Es lógico que quiera darle un hermanito", tal cual. O sea, para Antonio Rossi, "es lógico" que lo vuelva a hacer. No dijo "comprensible", dijo "lógico". Y añadió que Ana "lo dice sin miedo y sin preocuparse de lo que pueda pasar". (¿Todo muy lógico?). Es curioso que, siendo tan lógico, llevemos tres semanas llenando programas con eso. ¿Si llega a ser insólito qué hubiera pasado? Ana Villarrubia añadió que "ya lo tiene decidido" y que hay "proyectos hechos y así lo ha ido viviendo", dijo la psicóloga. "Si ella quiere otro bebé ya está decidido seguro", añadió.
La llamativa postura de Lequio frente al exhibicionismo de Obregón
Uno de los pocos puntos de fricción que abordaron fue la postura de Lequio y el interrogante de si conocerá a la bebé cuando llegue a España. Antonio Rossi admitió que "Alessandro no está cómodo en este tema", y repitió lo que todos hemos visto en esta semanas: "No quiere ser nombrado, no quiere que el nombre de su hijo esté todos los días en los medios. Él ha querido vivir el luto de otra manera a la de Ana. Alessandro no ha entrado nunca en detalle. Le molesta que Ana le nombre y le implique. Al contarnos Ana que ella es la abuela sabemos que Alessandro es el abuelo. Está en una posición difícil. No quiere involucrarse más ni quiere importunar a Ana", dijo el periodista.
Sonia Ferrer añadió que "parece evidente que Lequio no está conforme" pero se aventuró a decir que el italiano "si no está conforme él, lo podría haber parado, porque el material genético lo heredan los dos", aseguró, nos tememos que sin pruebas que sustenten su afirmación.
Su amigo Rossi puntualizó: "El legado puede ser a una persona en concreto, a dos, a un amigo o quien tú quieras", dijo. "Es evidente que la única que tenía potestad para utilizarlo es ella. La certeza es que el material genético se usa, si se ha llevado a cabo es porque había voluntad", dijo. "La certeza", dijo Rossi, entendemos que da carta de infalibilidad a las declaraciones de Ana Obregón. Pero lo cierto es que todo se sostiene en los testimonios de la presentadora. Patricia Cerezo también otorga carta de veracidad a la versión de Ana, aunque no haya sido conformada por Alessandro Lequio ni haya exhibido documento alguno hasta la fecha: "En el libro viene bien detallado, forma parte y está informado de todo. Lo que no ha hecho es impedirlo. Una cosa es no lo voy a impedir pero no lo comparto", matizó la ex mujer de Ramón García.
"Podría ser que Lequio piense que la voluntad de su hijo lo ha interpretado Ana de otra manera"
Hasta que, por fin, Ana Villarrubia, psicóloga y ex nuera de Ana Rosa Quintana, metió el dedo en la herida: "Me pongo en la piel de Alessandro y a lo mejor las formas le pueden molestar. Me gustaría preguntarle si se siente estafado o engañado. Podría ser que Lequio piense que la voluntad de su hijo lo ha interpretado Ana de otra manera", dijo.
Ana no descarta tener otro hijo "subrogado", o sea, otro nieto
"Un deseo no es un derecho", repitió Sonia Ferrer cuando volvieron sobre el tema de que Ana Obregón no descarta volver a hacerlo y darle un hermanito a Ana Lequio."Si tienes que explotar la capacidad reproductiva de una mujer no me gusta. Lequio se ha desvinculado de esa niña, en los documentos no figura en ninguna de las formas. La realidad es que es hija legal de Ana", sentenció la presentadora.
Carolina Monje
"Con Carolina me llevo genial", va repitiendo donde puede Ana Obregón, olvidando sus terribles broncas en la época que compartieron hospital durante la enfermedad de Aless, y dejando de lado los exabruptos que la presentadora dirigió por escrito a la novia de su hijo cuando se desvinculó de la idea de Ana de hacer padre post mortem a Aless con un semen del que Carolina Monje era depositaria por voluntad escrita del propio Aless.
Carolina Monje no ha negado nada: solo lo ha dicho algún colaborador y citando al "entorno" de la ex novia
Sandra Aladro, muy bien informada, comentó que "la postura de Carolina Monje es más cercana a la de Lequio", con lo cual ya podemos ir entendiendo lo que pasa. Juan Luis Galiacho dijo que "no hay ninguna relación" entre Obregón y Monje, y a continuación preguntó si es verdad que la joven renunció a las pruebas. Fue entonces Antonio Rossi quien se inventó que Carolina Monje "ha negado todo", cuando la verdad es la que fuera novia de Aless no ha dicho eso. También dijo que "la relación es buena", lo cual es incierto, porque la verdad es que no hay. Otra cosa es la relación Lequio-Monje. Una cosa sí es cierta: "Carolina Monje no quiere estar involucrada en todo esto", como dijo Rossi. Tal vez se refiriera Rossi cuando dijo que la joven "ha negado que renunciara a las muestras" a lo que han dicho otros periodistas citando al entorno de la joven. Pero olvidó Rossi que este digital no solo ha contado que existe un documento notarial firmado por Carolina Monje, sino que ponemos nombre al notario y día de la firma del documento en el que Carolina no es que pida la destrucción de las pruebas sino que renuncia a ellas, porque era la depositaria.