Huracán de sentimientos en los últimos días para Ana Obregón. A su felicidad por el primer mes de vida de su nieta Ana Sandra Lequio, que nació el 20 de marzo en Miami, se une el esperadísimo lanzamiento del libro escrito por la actriz a partir de unas pocas páginas redactadas por su hijo. "Mamá, papá, si me pasa algo, acordaos de la muestra que dejé en el laboratorio de Nueva York. Quiero tener hijos, aunque ya no esté. Es mi deseo. Prometedme que lo vais a hacer, por favor", asegura Ana que dijo su hijo. Pero Lequio no lo ha confirmado.
En su libro, la presentadora, a corazón abierto, ofrece su desgarradora versión de cómo vivió la enfermedad y la muerte de Aless, describiendo su dolor en ese momento, tan espantoso como para estar a punto de suicidarse. Según la actriz, fue Alessandro Lequio el que se lo impidió, haciéndola reaccionar al recordarle que tenía que cumplir la promesa que le había hecho a su hijo una semana antes de fallecer.
La noticia que ha revolucionado el país entero se produjo el martes 28 de marzo, cuando la revista Semana adelantó la bomba de que Ana Obregón iba a ser madre a los 68 años. Instantes después, Hola adelantaba su portada. Después llegó la segunda portada, en la que la actriz daba detalles nuevos y confirmaba con sus testimonios lo que era ya un secreto a voces: que Ana Sandra Lequio es en realidad su nieta biológica, aunque legalmente esté inscrita como su hija, porque usó el semen de su hijo, fallecido en 2020, para fecundar el óvulo de una donante anónima que fue implantado en el vientre alquilado a una mujer cubana.
Ana Obregón justificó su decisión apoyándose en un supuesto deseo de su hijo, el que le expresó en su lecho de muerte y en presencia de Alessandro Lequio, según ella: su voluntad de ser padre post mortem usando las muestras de semen que depositó en vida.
Único testigo
El único testigo aludido por la propia Ana, o sea, el padre de Aless, no ha confirmado este extremo cuando ya han pasado nada menos que 24 días desde que saltó la bomba informativa que ha estremecido el panorama mediático desde entonces.
En estas tres semanas, el italiano ha comparecido habitualmente en televisión, en su silla de el Programa de Ana Rosa, y sin embargo en ningún momento ha refrendado las palabras de Ana. Es más, ha dejado entrever discrepancias, inexactitudes y contradicciones, ha exhibido gestos muy gráficos que denotan todo menos felicidad, pero sobre todo no ha dicho: "sí, fue como dijo Ana, Aless nos pidió ser padre después de fallecer".
La descomunal relevancia de este silencio, cuando caminamos hacia el primes mes desde que se desveló la sorpresiva, controvertida y polémica maternidad, cobra cada vez más sentido si tenemos en cuenta las informaciones que hemos publicado, como el papel de Carolina Monje en todo esto, dado que la novia por entonces de Aless Lequio tampoco ha desmentido por ejemplo que ella fuera la depositaria de las muestras, por orden del fallecido, o que expusiera nada menos que ante un notario de Barcelona, su postura respecto a esa semilla: renunciado a ella.
En el mejor de los casos, y sin tener en cuenta la actitud de Alessandro Lequio, podemos afirmar que el italiano continúa en su postura de mantenerse al margen de todo lo relacionado con Ana Obregón y con su supuesta nieta, Ana Sandra.
Comentadísimas han sido sus últimas declaraciones en las que cierra la puerta a conocer a quien es la hija póstuma de su hijo Aless, tal y como defiende Ana Obregón: "A mí me gustan los míos" aseguraba en Telecinco tras recordarle Cristina Tárrega en la tertulia que a él le gustan mucho los niños y preguntarle si le apetecería conocer a la pequeña. "Llevo 25 años casado. Tengo otra familia. Mi vida es otra. Es pasado remoto", sentenciaba, dejando clara su postura respecto a la bióloga y las revelaciones que hizo en la exclusiva vendida a Hola y que no hace más que reiterar en El chico de las musarañas.
Javier García Obregón, hermano menor de la presentadora, ha reaccionado a estas escenas de no matrimonio protagonizadas por Lequio y ha mostrado su "cariño" y "respeto" por el aristócrata, asegurando que le parece "una gran e inteligente persona y un gran amigo" para añadir después una frase que dice mucho, en la medida de que parece admitir implícitamente que Lequio y Obregón mantienen visiones contrapuestas en todo este tema: "Siempre apoyaré a mi hermana", ha dicho.